EDUQUÉMONOS PARA VIVIR CIVILIZADAMENTE (I)
(Piura, 01 octubre del 2016)
Luis Gulman Checa
Empecemos recordando la definición del
término Educación:
“Acción y efecto de
educar. Enseñanza, instrucción. Cortesía, urbanidad”
Sigamos con las definiciones:
Cortesía: “Demostración de respeto o afecto”.
Urbanidad: “Cortesanía, gentileza, buen modo”.
Salta a la vista que si todos los piuranos
pudiéramos calificarnos, por lo menos, como medianamente educados; nuestra vida
sería abismalmente diferente a la que
padecemos. ¿Por qué? Por cuanto es obvio que un porcentaje muy alto
desconoce absolutamente estos conceptos comportándose peor que las bestias
salvajes porque en ellas sí se respeta
al guía, mientras éstos se zurran en las
normas haciendo lo que les da la gana.
Las
poblaciones son organismos comparables a
un ser humano, necesitando ambos, desde su formación, atenciones y cuidados para
que su existencia sea larga, fructífera y agradable. ¿Qué futuro tendrá una
criatura abandonada, descuidada y dejada a su suerte? Ninguno, y en el 99.9% de los casos será una rémora y
estigma para la sociedad.
¿Quién y cómo educa a una criatura? Los progenitores, guiando,
orientando y enseñando con sus acciones
frente al prójimo lo que significa cortesía y urbanidad. Así, es evidente que
si todos los padres de una población
hubieran cumplido con este elemental deber para con sus hijos, la vida en ella
sería idílica.
Siendo así, ¿quiere decir que poblaciones
como la nuestra están condenadas a soportar una existencia infernal por la
incuria de tantos padres que no educaron a sus hijos? No necesariamente, por
cuanto, por lo menos en las ciudades auténticas, existe otra instancia a la que se le
denomina AUTORIDAD, comparable a un
pulpo al contar con diferentes brazos para imponer el orden.
Entonces, la autoridad tiene a su cargo la tarea de subsanar la
omisión en que incurrieron tantos padres, estando en sus manos enfrentar a los
elementos nocivos haciendo lo posible, de primera intención, para encausarlos por el camino correcto y, si
agotadas todas las posibilidades no lograran tal objetivo, reprimirlos y sancionarlos ajustándose
y aplicando estrictamente a las normas vigentes.