TOTAL: NI CHICHA NI LIMONADA
(Piura, 09 octubre del 2016)
Luis Gulman Checa
Las ediciones de los medios escritos de la
víspera han sido monocordes respecto a la NOTICIA:
LA FORMIDABLE MARCHA EXIGIENDO VIVIR EN PAZ, en la que participaron
pacíficamente miles de piuranos recorriendo las calles de la ciudad con el
claro objetivo de llamar la atención a las autoridades concernidas para que cumplan
con su deber, mudando el estado de zozobra y
temor que nos asola por la justa y merecida tranquilidad de una ciudad o
región civilizada.
Sin embargo, como lo indica el más elemental sentido común, tal objetivo,
necesaria, obligatoria e ineludiblemente, implica eliminar del medio a los
delincuentes causantes de la lamentable
situación que afrontamos.
Preciso, para evitar malos entendidos, que el
concepto eliminar citado en el párrafo precedente, no se basa ni inspira
en el expeditivo método empleado por el presidente de Filipinas, dando muerte
en el acto a los facinerosos, sino,
recluyéndolos en penales previa
sentencia. No obstante, estando los mismos repletos, es imprescindible construir
los que acogerán a los futuros eliminados.
Pero, dirá usted, estimado lector, ¿a qué
viene el epígrafe?
A que existe una
terrible confusión entre los hombres de prensa, pues, mientras por un lado
están con la cantaleta de exigir se imponga la paz, lo que, reitero, implica
eliminar delincuentes, de otro lado, cuando un policía mata lícitamente uno de estos, le saltan a la yugular al guardián
de la ley, tildándolo, no muy sutilmente, de asesino.
Ejemplo material e innegable de lo afirmado
lo tenemos en la edición de “El Tiempo” que apareció con el siguiente tremendo titular
de portada:
¡Queremos vivir sin
miedo!
No obstante, en la página 11, aparece una
información con el siguiente titular:
Confirman que policía
disparó contra el presunto “arañero”.
Para ilustración general, “Arañeros”
se les denomina a los
delincuentes que, en connivencia con el moto taxista, irrumpen en el vehículo
cuando ha subido un pasajero al que encañonan y birlan todo lo que lleva encima,
lo golpean para atontarlo dejándolo tirado por cualquier lado.
Resulta que,
según nos informa el diario, “el joven policía, junto a su abogado
defensor, se presentó ante la Unidad de Investigación Criminal
(Deincri) de Sullana, sosteniendo que actuó en defensa propia al ser atacado
por una gavilla de delincuentes luego de
abordar la moto taxi”. Así pues, este auténtico defensor de la ley, en vez
de reconocérsele su meritoria acción, requiere contratar a un abogado para que
lo defienda. Mejor ejemplo del mundo al revés que el expuesto, no
creo exista.
Primera observación/pregunta:
¿Hasta cuándo van a
seguir anteponiendo el “presunto” al referirse a un claro delincuente?
Segunda observación/pregunta:
¿No es acaso un
absoluto contrasentido que, paralelamente, clamemos porque nos saquen de encima
a los delincuentes mientras atacamos/condenamos a los policías que sí lo hacen?
Estimado lector:
¿usted qué opina al respecto?