PIURA ESTÁ SECUESTRADA
(Piura, 27 octubre del 2016)
Luis Gulman Checa
¿Quiénes mantienen secuestrada la ciudad de
Piura?
Los “trabajadores” de
la Municipalidad Provincial.
La edición de “El Tiempo” del día de ayer
publicó declaraciones del gerente municipal, Constantino Colona, afirmando que
la entidad podría trabajar con la mitad de los 1,800 trabajadores que
actualmente la agobian.
Digresión: En realidad con
muchísimos menos por cuanto deberían cederse en concesión varios servicios.
Obviamente, ello es un secreto a voces y, sin
duda, causa y origen del pésimo y/o nulo cumplimiento de las tareas que le
competen, dándose el absurdo que quienes debieran estar a nuestro servicio (me refiero
a la comunidad en general) para que la ciudad esté inmaculada y nuestras vidas
sean idílicas; aprovechándose de pésimas y/o corruptas y/o incompetentes autoridades
municipales; se han enquistado en las planillas originando dos lacras: 1) La mayor parte del presupuesto se
gasta en mantenerlos y 2) La sobre población les impide hasta movilizarse por
las dependencias generando caos e
inoperancia.
La información también presentó la opinión
del distinguido profesional José Lombardi, expresando lo siguiente:
A un trabajador
nombrado no se le cesa así nomás porque son repuestos por el Poder Judicial.
Eso implica que se les pagará sueldo sin trabajar porque si regresan se les
debe pagar una indemnización por lo que dejaron de ganar en ausencia.
En consecuencia y en principio, Piura
está j… y sin remedio. Sin embargo, planteemos una reflexión basada en
el simple sentido común:
Si el presupuesto asignado
a la MPP no es suficiente para pagar las remuneraciones más beneficios a los
actuales “trabajadores” y los “formidables” jueces disponen la reposición de
quienes son separados por falta de recursos, ¿acaso no debiera ser la autoridad
municipal la que se declare en huelga cerrando, a cal y canto, todas las instalaciones
para que la ciudadanía reaccione originando un gran laberinto hasta que la
razón se imponga?
Sin embargo, reitero mi convencimiento que,
mientras las autoridades locales continúen eligiéndose, el descalabro municipal
seguirá reinando en el país.