PREVENIR EN VEZ DE LAMENTAR
(Piura, 25 0ctubre del 2016)
Luis Gulman Checa
Teniendo a la vista el parte diario referido al estado del reservorio de Poechos
del 24.10.2016 emitido por el PECHP, considero conveniente refrescarles la memoria a
las autoridades concernidas, sobre el artículo del suscrito publicado en el
dominical SEMANA de “El Tiempo”, en tres
capítulos, los días 17, 24 y 31 de mayo del año 2009, titulado:
LA GESTIÓN DEL AGUA (*)
¿Qué nos
informó el PECHP el día de ayer?
·
Que
el nivel de almacenamiento está en la cota 96.86;
·
Que
el volumen almacenado es de 191.7 MMC;
·
Que
el caudal de ingreso al reservorio es de 6.09 m3/seg. y
·
Que
el caudal de salida del reservorio es de 57.02 m3/seg.
Meses atrás
lo aseguré y ahora lo reitero: El
2017 será un año RESECO. Obviamente, ruego a Dios estar diametralmente
errado y que ello no suceda, no obstante, como la historia lo confirma, más
temprano que tarde ello será una realidad, por lo que, asumiendo que tal
situación la afrontaremos el próximo año, las autoridades deberían ir previendo las medidas para mitigar tal calamidad.
Digresión: Tal cual hicieron
el año anterior ante la absoluta seguridad que en el verano
del 2016 el cielo se vendría abajo, pero al revés. (La parte mala es que la
anunciada coyuntura no requiere solicitar recursos para obras solo útiles para
saquear el erario).
Para refrescar la memoria y/o ilustrar a los
flamantes súper inversionistas agrarios, un año RESECO significa que el
río Chira, en el curso de todo el año, descarga entre 600 y 1000 MMC, mientras
el río Piura, quizá llegue a Pabur en calidad de modesto arroyuelo. De primera
intención no cabría la posibilidad de derivar agua del Chira al Piura, lo que generará no solo la imposibilidad de atender el riego
de grandes plantaciones establecidas irregularmente, sino que, peor aún, habrá
problemas para cubrir el servicio de agua potable en las ciudades de Sullana,
Piura y anexos.
Obviamente, la Colonización San Lorenzo,
aunque funciona como una entidad autónoma comparable a un fundo como los de
antaño, también sufrirá las
consecuencias, por cuanto la cuenca del río Quiroz, su abastecedor, se declarará en huelga de lluvias.
Es fácil deducir las nefastas consecuencias
que tendría la sequía anunciada, siendo la primera y obvia, la disminución y/o
desaparición de los miles de puestos de trabajo seguro y bien remunerado que
por largos años vienen sustentando la economía de gran parte de la población
campesina.
¡Confiemos que
nuestras autoridades se “pongan las pilas”!
(*) Subidos en la fecha al blog del
suscrito: lgulmanch.blogspot.com