¿HOMBRES O BESTIAS?
(Piura, 04 diciembre 2020)
Luis Gulman Checa
Recapacitando respecto a los brutales hechos
iniciados en Ica y replicados en otros lares, mi mente se retrotrajo casi
cuatro décadas atrás, a mediados de los 80 del siglo pasado, cuando un grupo de
agricultores de Chulucanas, obligados a utilizar agua de sub suelo - que se
paga por adelantado -, concluyeron que
la justicia no imperaba. ¿Por qué? Por cuanto, mientras ellos estaban obligados
a gastar un huevo de plata, sus vecinos de San Lorenzo regaban gratis
debido a una formidable y costosa obra pública de infraestructura hidráulica.
En aquellos tiempos tenía plena vigencia el
Banco Agrario - antes que AGP lo prostituyera dejándoselo en artículo mortis a Carlos Boloña para que
lo decapitara - y, los citados, decidieron
que una medida justa sería rebajar la tasa de interés que les cobraba el citado
Banco.
¿Cuántas oficinas y vehículos
del Banco fueron arrasados y consumidos
por el fuego y/o acaso se cerraron carretas por doquier, jodiéndole y amargándole
la vida a seres inocentes?
Claro que no sucedió nada de ello, por cuanto
los reclamantes estaban encabezados por seres humanos normales que de bestias
no tenían nada y, felizmente, eran pensantes y razonables. Así, entonces, se
armó una comisión (de diferente naturaleza de las que, para nuestra desgracia,
ahora proliferan) para gestionar en la
ciudad de Lima, ante las instancias de gobierno, la concreción de su pedido.
Haciéndola corta, recuerdo la última reunión
con el ministro de Economía, Guillermo Garrido Leca Álvarez Calderón, hijo del
médico piurano G.G.L. Frías, quien, incidentalmente, fue compañero de aula del
suscrito tanto en el colegio San Miguel de Piura como en el Champagnat de
Miraflores, Lima, y, a los pocos días se publicó un dispositivo disponiendo lo
siguiente: “El Banco Agrario aplicaría
una tasa de interés rebajada al 50% a todos los préstamos otorgados en los
siguientes valles obligados a regar con agua de sub suelo: Alto Piura, Casma,
Ica y Olmos. También señaló que el MEF reembolsaría al Banco el monto
dejado de pagar por los agricultores. Así, entonces, la medida equivalió a
otras como el vaso de leche o el reparto
de víveres a los comedores populares.
Este recuerdo me ha llevado a concluir que el
ser humano se está bestializando desde que no existe ninguna otra razón que justifique
los salvajes, brutales e irracionales hechos protagonizados por auténticos perros
rabiosos.
Termino con una pregunta:
¿Existe cura para tales
animales?