MISTERIO RESUELTO

 

(Piura, 16 diciembre 2020)

Luis Gulman Checa

 

Leyendo la página de chismes de “Correo” se me desveló un misterio que me tenía  confundido referido a las cuadrillas de personas “trabajando” en los ¿jardines? centrales de varias avenidas de la ciudad limpiándolos, alisándolos y surcándolos para proceder a sembrar gras, creyendo se trataba de una tarea financiada por la MPP según el slogan de campaña del alcalde: PIURA BONITA.

 

Sin embargo, siendo cierto que tal tarea se viene ejecutando por decisión y a solicitud del ente municipal, el financiador, el que paga las remuneraciones (¿también la semilla?) de los “trabajadores”, es el programa “Trabaja Perú” creado para la generación de empleo temporal inclusivo del ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, teniendo como objetivo generar empleo  para la población en edad de trabajar a partir de los 18 años en situación de pobreza, pobreza extrema o afectada, parcial o íntegramente por desastres naturales  o por emergencias.

 

 No osando tocar ni con el pétalo de una rosa la creación y funcionamiento del citado Programa por sus fines humanitarios y altruistas, sí considero que las actividades financiadas por el mismo no solo deben guardar racionalidad sino también ser útiles para la población, lo que, desgraciadamente, no sucede ni por asomo con los “trabajos” comentados en nuestras avenidas.

 

Como sabemos, el gras pertenece al reino vegetal, ergo, es una planta que para prosperar requiere, imprescindiblemente, del riego, es decir, agua en abundancia. En consecuencia, tal y como sucede en todos los emprendimientos agrícolas (aunque parezca exagerado el sembrar gras por todo Piura también lo es),  la tarea inicial, además de adecuar los suelos, consiste en instalar o definir un sistema o mecanismo para proveer el agua que requerirá el cultivo, en criollo: INSTALAR UN SISTEMA DE RIEGO. Ello se torna aún más indispensable desde que Piura se ubica en zona desértica de modo que las eventuales y esporádicas lluvias no podrían mantener el gras verde y lozano.

 

Desgraciadamente, sin duda priorizando aliviar la situación de personas que venían atravesando estrecheces económicas,  la MPP olvidó o pasó por alto, antes de proceder a la siembra, instalar el sistema para regar el gras. Así, pues,  el conocido refrán que dice “El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones” le viene como anillo al dedo al emprendimiento municipal, por cuanto, como está claro hasta para un ciego, el anhelo por ver nuestros “jardines” pintados de verde, seguirá siendo un sueño por falta de riego.

 

Termino señalando mi extrañeza por la absoluta falte de celo de los responsables del citado Programa al no haber formulado la siguiente pregunta al solicitante:

 

¿Cómo diablos regarían el gras?