P E D A G O G Í A
(Piura, 03 diciembre 2020)
Luis Gulman Checa
Estando agobiados por tantos problemas, el
presente podría parecer fuera de lugar o exagerado. Sin embargo, como
casi se me salen los ojos al ver la primera plana de “El Tiempo”,
edición de la fecha, consideré necesario jalarle las orejas al perpetrador de
la barbaridad inmersa en la misma:
Tras dos días de
lluvia, empieza a subir el caudal de presa San Lorenzo.
Caudal se define como “la cantidad de agua que lleva una corriente o que fluye de un
manantial o fuente”. Así, por ejemplo, la frase CAUDALOSOS RÍOS, nos trae a
la mente las grandes avenidas de nuestro irregular e impredecible río
Piura, como las fantásticas e
interminables del año 1983 del siglo
pasado.
Las presas, por su propia naturaleza, no tienen
parentesco ni semejanza con corrientes o fuentes de agua fluyente, por cuanto,
como es obvio, su función es la contraria: FRENAR Y GUARDAR EL CURSO DE AGUA,
formando Reservorios cuya masa o
volumen se utilizará cuando la
naturaleza agoste las fuentes naturales como los ríos.
En consecuencia, las benditas lluvias referidas
sirvieron para incrementar el VOLUMEN ALMACENADO en el reservorio, equivalente
o comparable con la cuenta de ahorros que una persona inteligente y previsora
mantiene en un Banco para atender urgencias imprevistas que demanden recursos
económicos.
Formulada la precisión, sin el menor ánimo de
zaherir sino coadyuvando a elevar la calidad de nuestros medios, habiéndome
referido a cuentas de ahorros, me viene a la mente el criminal dispendio de
agua regulada implícito en la siembra de arroz en segunda campaña, cuando,
reitero, hasta la primera es una afrenta para la inteligencia y sentido común
de los piuranos.
¿Cómo calificaríamos a un padre de familia,
con joven y numerosa prole a su cargo,
quien, rompiéndose los lomos, trabajando horas extras, feriados y
fiestas de guardar, mantiene un respetable saldo en su cuenta de ahorros en
previsión de cualquier malhadado evento que pudiera afectarlo a él u otro miembro de la familia; quien,
abruptamente, como si Satanás se hubiera apropiado de su espíritu, un malhadado fin de semana arma/organiza
farras y bacanales regados con finos licores acompañado de sus amigos pulverizando,
en un santiamén, los recursos que había acumulado con tanto sacrificio?
Precisando que el agua almacenada en los
reservorios también requirió de esfuerzos como los del figurado padre de
familia para engordar su cuenta de ahorros, pero no por los gratuitamente beneficiados sino por el Estado
peruano, (todos y cada uno de nosotros); la segunda campaña de arroz equivalió
al criminal dispendio del figurado ahorrista.