PARA REFLEXIONAR

 

(Piura, 01 diciembre 2020)

 

Luis Gulman Checa

 

Impactante la mini información publicada en la última página de “El Tiempo”, edición de la víspera, referida a un magnate nigeriano  asistiendo a una fiesta matrimonial acompañado por  sus SEIS ESPOSAS, luciendo atuendos similares  y, también, todas ellas, mostrando semejante estado de gravidez.

 

Lo primero que debería venirnos a la mente es que, en aquellos parajes, la monogamia no es norma y cada quien puede tener las esposas que el bolsillo y el organismo le permitan. Así, este orgulloso nigeriano, henchido de felicidad según se aprecia, aparece  ufano rodeado de seis bellas y gestantes damas sonrientes y contentas.

 

La primera reflexión que me vino a la mente  se refirió a la complejidad de nuestra existencia: mientras de una parte la monogamia y amor a una sola esposa es la norma imperante, de otro lado, donde la capacidad  amatoria de los varones es  infinita, se desborda cual río caudaloso  inundando corazones femeninos sin fin.

 

¿Acaso los católicos que tendrán acceso al paraíso, obligadamente monógamos, devienen en santos varones, mientras los seguidores del Islam, como el referido magnate nigeriano cultor de la poliginia, son pecadores irredentos?

 

Por supuesto que no porque unos y otros, monógamos y polígamos, se comportan de acuerdo a los mandatos de su fe, de modo que ambos, al dejar este valle de lágrimas, tendrán abiertas las puertas de sus respectivos paraísos.

 

Incluso, imagino, en el caso de los islamitas, el goce y disfrute de que dispondrán se verá incrementado según el número de esposas que tuvieron en su vida terrena. Así, a más esposas, mayor dicha y felicidad en la vida eterna.

 

Pero la comentada información trajo un agregado: la crítica al esposo múltiple al ser calificado de machista y misógino. Analicémoslas:

 

Machista sería si las mantuviera sojuzgadas,  maltratadas y abusadas. Sin embargo, vemos que la concordia, paz y amor brilla entre todos ellos, de modo que deviene en irracional acusar  a un hombre que, a ojos vistas, derrama amor sobre todas sus consortes.

 

¿Cómo puede acusarse de misoginia (odio a las mujeres) a quien aparece rodeado por SEIS esposas orondas y satisfechas luciendo sus avanzados embarazos? Todo lo contrario, pues, sin la menor duda, su amor por las mujeres es infinito.