¿CIRCO EN FEBRERO?

 

(Piura, 10 febrero 2021)

 

Luis Gulman Checa

 

El chabacano y circense espectáculo empezó el pasado domingo a raíz de la llegada a Lima de 300,000 dosis de vacuna para prevenir el Covid - hecho banal e intrascendente habida cuenta que los peruanos superamos largamente los 33 millones de personas -  cuyo despliegue informativo fue equiparable al arribo de dos astronautas peruanos retornando de su viaje a Marte. Sin embargo, ello solo fue el aperitivo dado que el baile continúa por cuanto los medios, sin percatarse de su ridículo accionar, casi nos meten por los ojos cada pinchazo aplicado a lo largo y ancho del país.

 

Con franqueza, habida cuenta la larga lista de problemas y peligros cerniéndose sobre nuestras cabezas, esta masiva actitud de los medios merece calificarse de  cortina de humo, como se califica  elevar a la enésima potencia la trascendencia de hechos banales con el maldito objetivo de hacer que la mirada del público deje de ver problemas reales y angustiantes.

 

Un ejemplo ratificatorio que el país, no tan figurativamente, se está pudriendo de a pocos, ha sido hecho público en la portada de “Correo”, edición de la fecha:

 

ATACAN A POLICÍAS

 

Tres agentes resultaron con fracturas y hematomas al ser agredidos con ladrillos y palos por una turba que impedía la detención de personas que infringían el toque de queda.

 

¿Qué le espera a la ciudadanía de un país donde los miembros de la PNP, encargados de preservar el orden interno, reciben tal trato dispensado por  habitantes de la “Heroica Villa”, Catacaos?

 

El imperio de la ley de la selva. Así, entonces, si el figurado barco de la patria continuara en el rumbo actual dirigido por capitanes de dos por medio, podemos estar seguros que el hampa, en toda su amplitud, es decir, desde capitán a paje, seguirá ampliando su dominio para desgracia de la gran mayoría de peruanos bien nacidos, cuyos derechos, a diferencia de la pulcritud y esmero dispensados a los de delincuentes y corruptos; son pisoteados sin asco ni vergüenza.

 

¿Acaso, imitando a nuestros hermanos de las serranías con sus famosas ”Rondas”, tendremos que irnos organizando y armando por barrios y/o sectores para auto defendernos de los peligros que, claramente, deberemos afrontar, debido a la maldita e incalificable incuria de nuestras “autoridades”, empezando, fatal y desgraciadamente, por el presidente de la República quien, simbólicamente, castró a las fuerzas policiales?