¿FORTALECER GOBIERNOS REGIONALES?
(Piura, 22 febrero 2021)
Luis Gulman Checa
Los entes del epígrafe - a diferencia de los
humanos en las distantes etapas de su desarrollo que sí requieren ser
fortalecidos alimentándolos, educándolos y guiándolos por los senderos
correctos - están configurados por las normas/dispositivos que les dieron vida.
Así, sus atribuciones, deberes y competencias están perfectamente claros y establecidos.
Ergo, cuando surgen voces de supuestos “entendidos” y “expertos” propugnando sean fortalecidos, me reconozco incapaz de
entender a qué se refieren y/o que pretenden.
Los citados opinantes, probablemente basen su
pedido en las desastrosas consecuencias, para el país y los peruanos, generadas
por la interminable recua de malandrines, ignaros y reales cuatreros y
asaltantes que se auparon a la conducción de los mismos en todo el ámbito del
país, por lo que en vez de solicitar fortaleceros debieran pedir se les proteja
de continuar cayendo en manos de las diferentes categorías de impresentables
como ha venido siendo.
Me causa enorme sorpresa el maldito y generalizado silencio de medios y opinantes
respecto al obvio y real veneno que mantiene en figurados cuidados intensivos a
la inmensa mayoría (desconozco si hay alguno que siempre estuvo en manos
santificadas) de gobiernos regionales:
La irracional
“eleccionitis” dejando en manos del ¿culto, educado y desarrollado? pueblo peruano la elección de gobernadores y,
también, de alcaldes.
La enorme y vergonzosa relación de exalcaldes,
expresidentes regionales y exgobernadores procesados, condenados, huidos y
también los que pasaron, o lo vienen haciendo, sin pena ni gloria por supina
falta de idoneidad; basta y sobra para
reconfirmar que la vigente obligación de elegirlos equivale a una artera
puñalada por la espalda, con el agravante que en vez de haber sido aplicada por
los chilenos, estúpidamente nos la estamos auto y permanentemente clavando.
Lo triste y lamentable es que la solución para
esta lacra que nos viene asolando no solo es sencillísima sino que, eliminar
las elecciones, significaría un enorme ahorro de recursos del erario que
podrían destinarse a cubrir notorias carencias en sectores vitales como salud y
educación, no siendo otra que retornar al pasado cuando tales autoridades eran
DESIGNADAS por el Ejecutivo, el cual había sido BENDECIDO por el voto
ciudadano, ergo, devendría del más elemental sentido común que tomara a su
cargo escoger dichas autoridades, con la ventaja adicional que, en el caso de
los gobiernos locales, en vez de seguir siendo una ubre pública con
incontables pretendientes, retornaría a ser un cargo ad honorem a disposición de personas de bien anhelando servir a su
pueblo, como antaño.