PIURA AL GARETE

 

(Piura, 26 febrero 2021)

 

Luis Gulman Checa

 

No hay frase más idónea para graficar la preocupante situación que afrontamos al estar cual nave sin gobierno arrastrada por el viento y la corriente, en el caso presente, desgracia representada por los ignaros y hasta deficientes mentales a cargo de gestionar nuestra valiosísima AGUA REGULADA.

 

¿Me excedí con los calificativos? De ninguna manera, todo lo contrario al haber sido delicado por cuanto el  auspiciar la siembra de arroz  estando anunciado un año de extrema sequía merece calificarse como BESTIALIDAD.

 

“Correo”, edición de la fecha, apareció con amplio informe anunciando un ófrico futuro para los agricultores como si se tratara de  una novedad, cuando, en realidad se trata de UNA GUERRA ANUNCIADA:

 

Agricultores se quedarían sin agua para sus cultivos

Piden la presencia de los ministros (?)

 

El citado informe es un perfecto arroz con mango, es decir, una mescolanza ininteligible de afirmaciones inconexas. Por ejemplo, un pequeño recuadro es un formidable monumento a la estupidez. Dice así:

 

PECHP

Gerente del Pechp, Carlos Rodríguez, informó que trabajan con las juntas de usuarios para evitar el corte de agua para el sector agrícola.

 

Preguntémonos cómo, tal trabajo mancomunado, puede lograr el fruto requerido:  que el cielo abra sus compuertas, las lluvias se precipiten, ríos y quebradas corran y los reservorios sean colmados.

 

Salvo que nuestra fe nos lleve a creer que se producirá un milagro,  la sequía se esfumará y la sonrisa iluminará nuestros rostros porque todos los cultivos serán regados a plenitud; la acción a adoptar de inmediato (similar a la abrupta e inesperada cuarentena decretada el mes de marzo del 2020), es la siguiente:

 

Cortar, absolutamente, el suministro de agua a TODAS las áreas sembradas de arroz atendidas por los reservorios.

 

Considerando los varios indicadores referidos a la extrema sequía en el presente año, la medida sugerida, en vez de atentar contra la economía de los agricultores como podría opinarse desaprensivamente, defendería sus economías, por cuanto, cada día que sigan invirtiendo en mantener los cultivos  aumentará las pérdidas porque no habrá qué cosechar. Claro, siempre y cuando los genios a cargo no vacíen los reservorios priorizando el arroz a costa de nuestra sed.