EMERGENCIAS: CIERTAS E INVENTADAS

 

(Piura, 12 marzo 2021)

 

Luis Gulman Checa

 

La portada de “Correo”, edición de la fecha, revela la proclividad de medios, autoridades y/o “expertos” haciendo y deshaciendo del concepto emergencia: “Asunto o situación imprevistos que requieren especial atención debiendo solucionarse lo antes posible”

 

Así, entonces, la indudable EMERGENCIA que, imagino, habrá puesto de vuelta y media a las autoridades competentes, es la desgracia acaecida en el Mercado Modelo destruyendo 110 puestos, además, obviamente, de cuantiosos daños además del obligado cese de operaciones en el mismo afectando la economía, tanto de los comerciantes involucrados como del público concurrente.

 

Confiemos que honren sus cargos y, en el término de la distancia, abran las figuradas bolsas cuyos precintos se rompen en las emergencias inventadas para rapiñar el erario y, en el caso presente, salven de esta crítica situación a los  afectados por una REAL EMERGENCIA.

 

Contrariamente,  una pequeña llamada en la misma portada, configura el ejemplo perfecto de una EMERGENCIA INVENTADA:

 

Evalúan declarar en emergencia a 21 distritos por lluvias.

 

Vayamos analizando si es propio de seres pensantes y, supuestamente, inteligentes, pretender hacer creer que, debido a unas LLUVIECITAS DE DOS POR MEDIO que, inevitablemente, mojan el suelo incluidos los caminos, permiten el discurrir de algunas quebraditas y colman las depresiones donde, estúpida e irracionalmente, fueron desarrollados asentamientos o, mil veces peor, se edificaron colegios, postas médicas y otras edificaciones todas las cuales sufren daños y/o inconvenientes. Resumiendo:

 

Deviene en irracional hablar de emergencia a raíz de un fenómeno natural, que viene dándose desde millones de años atrás, como son las señaladas lluvias.

 

Siendo realistas, podrá hablarse de una AUTÉNTICA EMERGENCIA cuando suceda el fenómeno contrario, es decir, cuando no se produzcan lluvias. En tal caso las personas podrán circular sin mojarse los zapatos, los techos no serán coladeras, las quebradas se atravesarán hasta en bicicleta, los caminos se mantendrán perfectamente transitables, ninguna roca caerá por alguna ladera, es decir, nuestra vida será idílica.

 

Sin embargo, cambiando de cristal, el supuesto paraíso de tornará en infierno porque los cultivos perecerán por falta de agua y, bestias y personas morirán de sed.