GRACIAS SEÑOR
(Piura, 24 marzo 2021)
Luis Gulman Checa
Me dirijo a ti henchido de agradecimiento por
tu infinita bondad al haberte compadecido del triste destino por la sequía - que hasta un ciego hubiera
podido ver - que nos amenazaba tan igual
como una hoja de guillotina pendiendo
sobre el cuello de un condenado.
Sin embargo, quizá recompensándonos por nuestra
desbordada fe representada por nuestro inquebrantable fervor y devoción por las
Vírgenes, Cristos, Cruces y tantos otros emblemas representativos de nuestra
devoción por ti, tu corazón se apiadó ante la catástrofe que se abatiría sobre
nosotros si el presente año,
anunciándose en todos los idiomas como seco de solemnidad, no nos hubiera
prodigado algunas gotas librándonos de la agonía que nos acechaba.
No puedo imaginar las penurias que habrían
tenido que soportar las decenas o cientos de miles de personas quienes, dejadas
a su suerte y sin autoridad o maestro que las guiara; urgidas por la necesidad
y desesperación, se lanzaron a sembrar arroz en lo que bien merecía calificarse
como suicidio pero, felizmente, devino
en resurrección debido a tu infinita bondad.
A continuación,
el diagnóstico de un científico en asuntos climáticos, poniendo en
blanco y negro como fue que Nuestro Señor nos hizo el milagro:
Desde mediados del 2020
el océano Pacífico está en fase de la Niña. Es decir frío. Eso hacía prever que
en la región Piura tendríamos un verano seco para este año (2021), como lo
fueron enero y febrero en los que se clamaba por lluvias ante el nivel crítico
de los reservorios. Lo único que podría revertir la sequía serían lluvias
debidas al mecanismo de Trasvase Andino mediante el cual nubosidad y humedad
provenientes de la cuenca amazónica, rebasan,
mediante un juego de vientos y presiones atmosféricas, la cordillera de
los Andes. Este mecanismo producido hace pocas semanas procuró lluvias intensas durante marzo, primero en el
sur del Ecuador y luego en Tumbes y Piura. Ha sido una bendición la ocurrencia
de estas lluvias permitiendo almacenar agua en los reservorios y salvar las
campañas agrícolas.
Ojalá la crisis vivida, salvada por milagro
divino, nos haga abrir los ojos tratando el agua como lo que realmente es.
Primero, un don de la naturaleza y, segundo, en el caso particular de nuestra
tierra con DOS RESERVORIOS construidos por el hombre gracias a inversiones
millonarias, un bien valiosísimo que debe cuidarse y administrarse como si
fuera oro, y, como es sabido, solo un deficiente mental o idiota tiraría metal
tan valioso, lo que se hace con el agua cuando se regala para plantar arroz.