PAPITO GOBIERNO

 

(Piura, 18 marzo 2021)

 

Luis Gulman Checa

 

Pobre “Papito”, mientras por un lado los sufridos, abnegados y maltratados hombres del campo, llorosos y quejumbrosos, se le pasan suplicándole por ayudas (regalos);  de otro, como actualmente los transportistas, protestan y se desgañitan lanzándole improperios por haber osado elevar el precio de los combustibles afectando sus bolsillos.

 

¿Cuál sería el gobierno perfecto? Aquél que, figurativamente, sea capaz de preparar tortillas sin romper los cascarones de los huevos; es decir, el que logre satisfacer las demandas de todos sus gobernados, como sería, en los casos señalados, dejar caer una interminable lluvia de billetes sobre los agricultores y, paralelamente, regalar el combustible a los transportistas.

 

Sin embargo, tan idílico panorama, ¿será dable en los tiempos actuales o queda únicamente para los ensoñadores relatos de las mil y una noches?

 

El  populismo, germen y engendro de las situaciones planteadas ut supra, es el maldito virus que viene arruinando al Perú luego de haber corrompido mentes y corazones de gran cantidad de sus habitantes debido al accionar de gobernantes, quienes, realmente, merecen calificarse como traidores a la patria ¿Por qué?  Por cuanto no solo engañaron  a sus gobernados haciéndoles  creer que habían alcanzado el cielo para toda la eternidad, sino, porque, condenándose al infierno, saquearon el erario.

 

Me motivan declaraciones  del presidente de la Junta de Usuarios del valle del Chira, Hildebrando Ruíz Gutiérrez, quien, emulando a las plañideras de antaño y aprovechándose del maldito Covid, QUE LE  ESTÁ JODIENDO LA VIDA A TODOS LOS PERUANOS, pintó un cuadro o periplo de los agricultores similar o más cruel que el Vía Crucis de Jesucristo.

 

El citado dirigente se queja y lamenta que el Gobierno Central nunca los ayudó pese a que mano de obra, combustibles y fertilizantes subieron de precio

 

Le recuerdo al citado dirigente que el gobierno, décadas atrás, les hizo un regalo inconmensurable que millones de peruanos hubieran querido para sí: les construyó y regaló el Sistema Chira Piura lo que, además de protegerlos de las antiguas y devastadoras inundaciones causadas por las incontenibles avenidas del río Chira, no solo les garantizó el agua para el riego gracias al reservorio de Poechos sino que pudieron usarla por gravedad, desterrando el bombeo.

 

Así, entonces, llamando las cosas por su nombre, me permito formularle una recomendación al citado dirigente:

 

¡DEJE DE JODER Y PÓNGASE A TRABAJAR!