FALSOS PROFETAS
(Piura, 27 marzo 2021)
Luis Gulman Checa
En la reciente edición de su semanario, César
Hildebrandt se despachó con un formidable panegírico dedicado a la memoria de
Manuel Dammert Ego Aguirre, recientemente fallecido a causa del Covid, justo y
merecido por cuanto su paso por la vida estuvo adornado por una cualidad:
COHERENCIA.
Sin embargo y fatalmente, tal cualidad, en este
caso referida a su permanente postura en contra de la actividad privada y
subsecuente empoderamiento y crecimiento del Estado, en la práctica devino en
una real traición a la patria, si bien no por punibles apetitos pecuniarios
(venderse por dinero), pero sí empujado
por su descalabro cerebral semejante al sufrido por tantas otras personas que
equivalieron a reales engendros de Satanás para sus gobernados, como, por
ejemplo, los Castro en Cuba y Chávez en Venezuela.
Los piuranos sufrimos los embates del fallecido
en carne propia cuando se opuso tenazmente a que la operación del puerto de
Paita fuera CEDIDA EN CONCESIÓN, lo cual, desmintiendo a los incalificables
demagogos que pintan tal hecho como que los peruanos PERDIMOS EL PUERTO,
implica, únicamente, que lo hemos cedido m/m en alquiler por un tiempo
determinado y fijando inversiones que el operador deberá ejecutar en pro de la
mejora del mismo.
¿Cómo estaría
quejándose, llorando y lamentando la creciente y pujante agro exportación
piurana si la postura del fallecido hubiera prevalecido?
El adorador, C. H., cual mago extrayendo
conejos de un sombrero, hace pésimo uso de una reciente encuesta reclamando más
presencia del Estado por una mayoría de la población, para coronar,
póstumamente, al fallecido, por cuanto, según él, el pueblo del Perú estaría
reconociendo que su prédica, en pro del crecimiento del Estado, fue justa y
conveniente.
Sin embargo, hasta un niño de primaria
comprendería que tal encuesta, realizada cuando el Covid arrebata vidas y
algunos incalificables medios y opinantes no cesan de disparar contra la falta
de capacidad de los nosocomios para atender los infectados; revela que la
población exige que el estado crezca y
se fortalezca respecto a deberes inalienables: SALUD, EDUCACIÓN, SEGURIDAD, lo
cual no tiene nada que ver con actividades empresariales como, por ejemplo;
explotar nuestros minerales e hidrocarburos, brindar servicios de
telefonía y/o reservar para sí el
servicio de hotelería.
El problema real del Perú es la CORRUPCIÓN que
tiene muchas caras y funciona bajo diversos disfraces, y, fatal y obviamente,
algunos medios de comunicación, en mayor o menor medida, no se libran de ella.