CHILE: ¡QUÉ ENVIDIA!
(Piura, 20 diciembre 2017)

Luis Gulman Checa

Obviamente, me refiero a las recientes elecciones donde los contendores de la segunda vuelta, ipso facto, apenas se anunció el ganador, se reunieron, abrasaron, felicitaron y acordaron sumar esfuerzos para empujar el carro hacia adelante en beneficio del país y todos sus ciudadanos.

¿Cuántos años luz de ventaja nos ha sacado el vecino del sur en todos los aspectos,  habidos y por haber?

Para empezar, además de pertenecer al selecto club de la OCDE -  al que el súper demagogo e incalificable AGP anuncio estábamos ad portas de ingresar -  cuya membresía solo la poseen 35 países; cada día, lento pero sin pausa, limpia y legalmente, se adueñan de otra tajada del Perú.

La afirmación de Augusto Pinochet, expresada muchos años antes de que -para felicidad de los chilenos - derrocara a Salvador Allende, de que la frontera natural de Chile era Arequipa, en la práctica ya quedó corta porque en el valle del Chira, en el extremo norte del país, ya se convirtieron en propietarios de terrenos de cultivo que irrigarán con agua regulada obsequiada por los peruanos caídos del palto.

¿Cómo no morirnos de vergüenza al comparar realidades tan diametralmente opuestas?

Mientras allá, para comenzar, solo vota el ciudadano que lo desea y los políticos, única y exclusivamente, tienen como norte el interés del país no teniendo cabida los pútridos y reprobables apetitos/intereses  personales; en el nuestro, maltrecho, agónico y expoliado,  el voto es obligatorio, única razón por la que acceden tanto al Congreso como a gobiernos locales y regionales, personas no solo absolutamente incompetentes e incultas  sino clara y demostradamente inmorales.

¿Alguien creería posible que en Chile se adueñara del Congreso una “recua” como la que, para vergüenza nuestra, está emporcando el llamado primer poder del Estado?

Debemos reconocer que estamos soterrados en lo más profundo del hoyo siendo  el futuro impredecible. ¿Qué irá a suceder? Nadie lo sabe. Sin embargo, me atrevo a formular una predicción:

Si dejamos manos libres a la “recua”, mereceremos todos los males.