RÍO BLANCO EN EL CANDELERO
(Piura, 02 diciembre 2017)
Luis Gulman Checa
La edición de “El Tiempo” de la víspera, a
través de una entrevista de Teo Zavala a Boris Dávila, gerente social de Río
Blanco Cooper, titular de un fabuloso
yacimiento minero ubicado en la serranía piurana; ha caído al pelo para volver
a poner en debate la necesidad de explotarlo.
En verdad, dice mucho en contra de nosotros
los piuranos el que, luego de tantos años de haber salido a la luz, continúe
tirado y desperdiciado tal y como si nuestra región mostrara un nivel de desarrollo
equiparable al del primer mundo, es decir, como si estuviéramos tan
formidablemente bien que no nos interesa ensuciarnos/contaminarnos/complicarnos
con la actividad minera, principalmente porque pondríamos en peligro nuestra
“formidable y boyante producción agropecuaria reconocida en el mundo entero”.
(*)
Digresión:
El reciente, extraordinario e inédito evento
de la toma de una carretera por productores de arroz, no ha sido más que la
excepción que confirma la regla: la maravillosa
situación de la actividad agrícola piurana. (*)
Sin embargo, ¿qué dice la realidad respecto a
nuestras condiciones de vida y desarrollo? ¿Acaso podemos sentirnos orondos y
satisfechos porque nuestra gente, en todo el ámbito del territorio, vive
esplendorosamente?
Cuando el entrevistado hace referencia a que
el Canon Minero anual para Piura
generado por la explotación del yacimiento podría ascender a 190 millones de soles, lo que ayudaría sacar
de la pobreza a muchos pobladores además de coadyuvar al desarrollo, Teo,
acertadamente, replica:
Eso no siempre es así
y Cajamarca es el mejor ejemplo que la minería no desarrolla la región en la
cual se ubica.
¡Tuvo toda razón
la entrevistadora al espetar semejante frase!
Pero, lamentable y tristemente, no solo
tenemos el caso actual de Cajamarca sino que a lo largo de nuestra historia,
debido al cáncer de la corrupción arraigado con uñas y dientes en
nuestros gobernantes, lo mismo sucedió con el salitre, el guano, el caucho y el
petróleo.
¿Cuántos cientos o miles de millones de soles
ha recibido Piura por concepto de Canon Petrolero, desde su creación hasta la fecha? Y, asimismo, ¿qué se hizo con semejante
cantidad de dinero sino pulverizarlo echándolo al viento como bien puede decirse al atomizar su uso?
Como hasta los animales salvajes no tropiezan
con la misma piedra, con mayor razón el hombre, inteligente y creado a imagen y
semejanza de Dios, tampoco debería
hacerlo. Así, sería imperdonable perpetrar con los recursos financieros que el Canon
Minero deberá proveer, más temprano que tarde, el mismo despilfarro que se hizo
con los recibidos del petróleo. ¿Cómo?
Así:
1)
El Canon Minero proveniente de la explotación de los
yacimientos de Río Blanco, será invertido, íntegramente, durante los DIEZ
primeros años, en las provincias de Ayabaca y Huancabamba.
2)
Se creará un organismo, imposible de corromper y/o
politizar, encargado de administrarlo.
(*) Sorna.