HONRAR Y RECORDAR A LOS MUERTOS

(Piura, 29 diciembre 2017)

Luis Gulman Checa

Anoche, presto a echarme en los brazos de Morfeo y hojeando “El Tiempo”, me enteré que había fallecido, contradictoriamente en el día de la Natividad, Kurt Arens Ostendorf, personaje que para la inmensa mayoría de los actuales vivientes en Piura debió ser un ciudadano alemán cuya defunción, inexplicablemente, se publicó en el decano de nuestra prensa.

Quienes así pensaran estarían total y radicalmente equivocados, por cuanto Kurt, como tantos otros personajes de Piura y del Perú, a pesar de sus apellidos quizá raros y extravagantes para muchos de los oídos de hogaño, no solo fue un piurano de pies a cabeza sino que al abandonar estas tierras, junto con muchísimas otras personas a consecuencia de la malhadada, nefasta y maldita Reforma Agraria; Piura quedó abandonada y a la deriva como lo prueba, fehacientemente, su caótica situación: cada día  más cerca  del quinto mundo.

¡Qué diferente sería Piura hoy por hoy, en el más amplio sentido del término y en todos los sectores y actividades, si jamás se hubieran visto obligados a abandonarnos la pléyade de personajes entre los cuales, sin duda alguna, estaba Kurt ostentando un rango muy alto!

Sin embargo, siendo inútil llorar sobre leche derramada, deberíamos preguntarnos qué pasó con nosotros que no seguimos los pasos de nuestros antecesores quienes, sin contar con las grandes ventajas disponibles actualmente, especialmente debido a grandes obras públicas  de infraestructura para mejorar y regular el riego; lograron que nuestra población, en todos los ámbitos, viviera dignamente y sin tener que estirar cotidianamente la mano para recibir un mendrugo de pan.

¿Cómo no recordar los tiempos idos cuando, a pesar de que la principal actividad, la agricultura, era incierta y exigía prender velas a los santos y sacar las andas en procesión para implorarle a Dios nos beneficiara con las vivificantes lluvias y, sin embargo, toda nuestra gente vivía sana y bien nutrida sin que existieran, ni en sueños, programas como los deprimentes y confirmadores de nuestro gran deterioro como Vaso de Leche, Juntos, Pensión 65 y Comedores populares financiados por el Estado?

¿Cómo puede ser posible que en  Piura, con el fenomenal potencial que tiene, haya tantas personas viviendo en condiciones paupérrimas?

Ojalá el alma de Kurt, allá en las alturas, continúe preocupándose por Piura y realice las gestiones necesarias para que nuestras mentes y voluntades  sean sacudidas/removidas por el Espíritu Santo guiándonos por la senda correcta.