ESCANDALETE TRAS ESCANDALETE

(Piura, 20 diciembre 2019)

Luis Gulman Checa

Considero repudiable la actitud de los medios de comunicación de prenderse de cualquier noticia/información por adefesiera, tardía o intrascendente que sea habiendo en el tapete innumerables temas/situaciones importantes y de plena actualidad. Es decir, sin ofender pero en honor a la verdad, han superado largamente el programa de Magaly Medina dedicado a difundir banalidades y tonterías referidas a personajes insignificantes que no aportan nada al país. (*)

En la hora actual nos tienen hartos con la bendita ONG que preparó/adiestro candidatos al Congreso para las elecciones del año 2011, cuando tal hecho fue de pleno conocimiento público y ampliamente difundido en su oportunidad. Entonces, siendo así, ¿por qué tanto laberinto habiendo transcurrido tantos años de ello?  ¿Acaso pretenden poner en la picota a quienes salieron elegidos por cuanto, durante su gestión congresal, se dedicaron a defender los intereses de sus patrocinadores? De demostrarse, clara y fehacientemente, que actuaron cual sirvientes de los ricos y poderosos, ¿qué pena o sanción caería sobre ellos?

En resumen, bien puede calificarse esta arremetida de los medios como un insulto a la inteligencia y/o capacidad de razonamiento de los peruanos al ser comparable a la fábula del burro y la zanahoria.  Así, mientras los ciudadanos haríamos el papel del piajeno, el estúpido escandalete sería la zanahoria.

El referido es el segundo escandalete por cuanto el primero, acompañado de pútrido olor, fue el lanzado al  aire por el Contralor General de la República sobre el  TREMENDO, INCONMENSURABLE E INCALIFICABLE LATROCINIO perpetrado en el gobierno regional de Moquegua cuando era presidido por el actual mandatario desempeñándose como gerente general al actual ministro de Transportes y Comunicaciones.

Digresión:
El contralor, Nelson Shack, fue designado por el Congreso, propiedad de Keiko Fujimori, el 21 de julio del 2017. Ergo, aplicando el mismo razonamiento que pone en jaque a los electos el 2011 favorecidos por la bendita ONG; salvo que seamos retrasados mentales, tenemos la obligación de pensar que Shack, peón de Keiko, sacó a la luz tal informe sumándose los detractores del mandatario por haber cerrado, según ellos inconstitucionalmente, el Congreso. Lo que choca/contraviene con el opinión mayoritaria e incontrastable del SOBERAN0 respaldando tal decisión por higiénica e imprescindible.

Una vez más me atrevo a calificar de payaso a Nelson Shack por haber aireado asunto tan trivial como usual, mientras, vergonzosa, impúdica y sospechosamente, no dice ni media palabra sobre el auténtico y real escándalo inmerso en la ejecución del Alto Piura.

(*) Según me han contado porque no lo veo.