PIURA: PANORAMA DESOLADOR

(Piura, 19 diciembre 2019)

Luis Gulman Checa

Habiendo pasado unos días en la serranía de nuestra patria ratifiqué  realidades tan dispares que ahondaron el profundo sentimiento de envidia/frustración  que me invade cada vez que, visitando ciudades muy cercanas a Piura, ratifico mi convencimiento que los piuranos somos los únicos responsables del caos y atraso en que vivimos, situación que se agrava por cuanto ni siquiera somos capaces de imitar el comportamiento y civismo de nuestros vecinos.

¿Qué maldición habrá caído sobre nosotros que, contando con cuantiosos dones y posibilidades que la naturaleza nos ha regalado, en vez de progresar y civilizarnos, imitando a una manada de bestias salvajes, nos dirigimos al abismo del caos, descalabro y desorden generalizados?

¿Será que venimos siendo maldecidos por décadas de estar bajo el yugo, mayoritariamente,  de gobernantes ineptos y/o corruptos, al extremo que ni siquiera fueron capaces de imitar a sus pares que guiaban a sus poblaciones por la senda del bienestar, orden y progreso?

¿Mencioné el civismo de nuestros vecinos? ¿Un ejemplo? En una bella y envidiable capital departamental ubicada a “tiro de piedra” de Piura, TODOS LOS TAXIS SON DE COLOR BLANCO. ¿Por qué? Por cuando una ordenanza municipal así lo dispone y nadie osa contravenirla.

¿Cuántas normas similares están vigentes en Piura que, contrariamente al caso señalado, figurativamente, el papel  en el que están escritas solo sería útil como higiénico al ser  ignoradas olímpica e insolentemente sin que la autoridad mueva un dedo sancionando a los violadores? Un simple ejemplo de tan punible abulia/incapacidad: “Prohibido lavar vehículos en la vía pública”.

Pero la crisis que nos asola no se limita a situaciones que podrían considerarse superfluas/intrascendentes como lo demuestra el vergonzosa espectáculo que acabamos de sufrir  a raíz de la elección del rector de la Universidad Nacional de Piura, institución con más de 50 años de funcionamiento transcurridos sin pena ni gloria y, más bien, de escándalo en escándalo. Lo dije antes y ahora lo reitero: 

¿Acaso no fue un triste espectáculo la participación de OCHO candidatos disputándose el cargo, imitando las malditas y nocivas elecciones para elegir autoridades locales y regionales  cuyos triunfadores, en gran medida, están presos, procesados o prófugos de la justicia?



Dirijamos la mirada a  la agricultura:

¿Acaso no está claro hasta para un ciego que, figurativamente, los piuranos mereceríamos la PENA DE MUERTE por el brutal e incalificable desperdicio/mal uso que hacemos de las extraordinarias condiciones y posibilidades que ésta nos ofrece para ser una potencia agro exportadora de categoría mundial?

¿Cómo terminar obviando el espectáculo más bello del mundo como es el fútbol?

El Atlético Grau, orgullo de Piura según se reitera hasta el hartazgo, luego de varias décadas retornó al máximo torneo nacional. Sin embargo, como un baldón más ratificando la increíble incapacidad, desdén y abulia de los piuranos, el emblemático club NO CUENTA CON ESTADIO para actuar como local por cuanto, cual otra raya más al tigre del desolador panorama que presenta Piura, el estadio Miguel Grau tiene años fuera de servicio por varias deficiencias.

¿Quién podrá salvarnos?