BRIGADAS CIUDADANAS ANTI RUIDOS

(Piura, 19 mayo del 2015)

Luis Gulman Checa

Acabo de recibir la muy grata información que en nuestra ciudad - sin duda ante la incuria, omisión y/o incapacidad de la autoridad competente - se ha constituido la brigada señalada en el título con un fin claramente determinado:

“El pueblo unido erradicará a los salvajes e irrespetuosos que contaminan el ambiente emitiendo ruidos inútiles e insoportables”

Preguntado mi informante a qué ruidos se refería, me respondió:

“A los que emiten los vehículos, sea al tocar las bocinas  o a las estridentes alarmas que se activan  hasta cuando un perro mea una llanta”

Le dije que me parecía una magnífica  idea, añadiendo que, además de los mencionados había otros, como los vehículos con escape libre y las alarmas instaladas en inmuebles que, al ser violadas aunque sea por un gato techero, tronaban como las de Londres décadas atrás al acercarse una cuadrilla de aviones alemanes a bombardearla  inmisericordemente.

Me dio la razón agradeciéndome el aporte comprometiéndose a someterlo a consideración de la próxima asamblea - el secreto en cuanto a integrantes y local de reunión es absoluto -, en la cual sin duda alguna adoptarían alguna medida contra estos abusadores de la ciudadanía, desde que hay alarmas silenciosas.

Cuando le pregunte si los brigadistas iban a repartir volantes entre los conductores y propietarios de vehículos con alarmas estridentes llamándolos a la reflexión y el respeto al prójimo, me respondió lo siguiente:

“¿Tú eres o te haces? Vamos a aplicar el conocido precepto: LA LETRA CON SANGRE ENTRA, por lo que llevaremos a la mano martillos o piedras para romper los faros de cada vehículo que altere el ambiente, aplicando el siguiente criterio: a más ruido más faros rotos.”

No me quedó más que felicitarlo por tan brillante y práctica idea, pues, si las autoridades que elegimos y pagamos demuestran absoluto desdén por nuestra tranquilidad, ¿qué mejor que un grupo de ciudadanos amantes y respetuosos de la paz y las buenas maneras contribuyan a civilizar a las “bestias motorizadas” que nos amargan la vida?




Al preguntarle qué debía hacer un ciudadano que quisiera pertenecer a la brigada, respondió:

“Caminar con un martillo o una piedra y, automáticamente será uno de los nuestros al coadyuvar a desterrar los  energúmenos de nuestras calles”.

Ya lo sabe, estimado lector: 

“Depende de los piuranos civilizados y educados, adecentar nuestra ciudad liberándola de los ruidos molestos e inútiles”.