EL ARBUSTO DE LA COCA

(Piura, 10 mayo del 2015)

Luis Gulman Checa

Para los creyentes, Dios creó la tierra y distribuyó sus dones en ella. En nuestro caso nos bendijo con el arbusto de la coca cuyas hojas no solo se usan para chacchar,  en medicina y la Coca Cola, sino que, además, producen una sustancia que vale oro (blanco), al extremo que muchas personas, a lo largo y ancho del planeta, literalmente, se matan por distribuirla y consumirla..

Así como nosotros recibimos tal don, en otras latitudes, por ejemplo los países árabes, fueron dotados  con ingentes cantidades de petróleo, producto tan valioso que es motejado como “oro negro”, permitiendo su explotación  un nivel de vida fabuloso que hace recordar “Las mil y una noches”.

Entonces, me pregunto, si Dios nos dotó con el citado bien, ¿acaso no estamos siendo ingenuos y/o negligentes al no  explotarlo ordenada y legalmente, obteniendo grandes y necesarios ingresos  para  el erario como  hacen  quienes explotan  petróleo, oro o diamantes?

Obviamente me refiero a la cocaína, producto nacional que tiempo atrás, antes de ser penalizado, se ofrecía a modo de pus café en reuniones sociales o de negocios. Sin embargo,   el variar su status y declararlo ilegal,  dio origen a la barbarie que cada vez alcanza cotas más altas de salvajismo, como lo confirman  las matanzas de seres humanos por los cárteles que se disputan la primacía en este ilegal “negocio”.

¿Acaso no es más que obvio que, así como en el siglo pasado tuvo que derogarse la “Ley seca”, que penalizaba el consumo de alcohol, la única solución viable actual es  despenalizar el consumo de la cocaína, lo que mataría el “negocio” en un santiamén?

Está plenamente demostrada la imposibilidad de  eliminar el tráfico de cocaína, en las condiciones actuales,  al generar tal cantidad de dinero que permite “romper todas las manos”, de capitán a paje.

Algunas medidas propuestas  son risibles - si no  hipócritas -, como la reiterada de incrementar los sueldos de la policía para que sus miembros no sean corrompidos por los capos de este productivo y macabro “negocio”. ¿Estaría bien duplicar o triplicar los sueldos? Sin duda  sería formidable, pero tampoco les permitiría ir de paseo con la familia a Miami o a Europa, aspiración natural y humana  que fácilmente se concretaría con una sola rotura de mano.



En mi opinión, la penalización de la cocaína se mantiene por cuanto eliminarla equivaldría a matar a la gallina de los huevos de oro, de los que se alimentan, reitero, como está plenamente demostrado, políticos y autoridades de alto vuelo - en el mundo - que no se resignan a liquidar ave tan pródiga y formidable.

Ejemplo cercano y de actualidad:

¿Habrá alguna persona tan ingenua en el país que no “sepa” que los Narco Indultos otorgados en el gobierno de AGP  se dieron contra suculentos pagos de los narcotraficantes beneficiados?