LA  E. P. S. GRAU DEBE CEDERSE EN CONCESIÓN

(Piura, 28 mayo del 2015)

Luis Gulman Checa

La reciente visita  del viceministro de Vivienda planteando dar en concesión la empresa de saneamiento, es una gran oportunidad   para contar con un servicio decente y acorde con los tiempos modernos, al ser impropio que el elemento más importante para la vida del hombre, después del aire,  el agua, llegue a cuenta gotas a los pocos piuranos que contamos con dicho “servicio”.

Definitivamente algo no funciona entre nosotros desde que esta empresa, que es el sueño de cualquier comerciante al disponer del monopolio en la distribución y venta de un producto que todas las personas requieren, esté en la quiebra.

Si alguien  distribuyera y vendiera TODO EL ARROZ que se consume en Piura, ¿acaso no sería inmensamente rico?

Entonces, ¿por qué quebró la E.P.S. Grau?

Porque cayó en manos de corruptos y/o incompetentes y/o abúlicos alcaldes, la mayoría de los cuales usaron las planillas de la empresa para colocar cuanto pariente, entenado, valido  o ahijado se le cruzaba por el camino; otros pertenecían al género de funcionarios a los que se les escapan las tortugas y otros; filosofaban sobre la inmortalidad del mosquito. Así, entonces, nuestra empresa de saneamiento se fue al hoyo.

¿Qué diferencia hay entre dirigir una empresa de Saneamiento de esta magnitud y un Banco Comercial? Ninguna. Ambas tareas requieren mandos profesionales, competentes y honestos. Con todo cariño y respeto, cree usted, estimado lector, que los señores alcaldes en general, por buenos padres de familia que pudieran ser, ¿están preparados para semejante tarea?

Además, recordemos que las lacras que la azotaron también afectaron a sus similares de otros departamentos, sin embargo, los piuranos fuimos los únicos que la  perdimos, un indicador más de que, fatalmente, damos pena por inútiles, incapaces y, también, corruptos.

Recordemos que nuestras autoridades echaron al desagüe, forma delicada de referirse a bolsillo sucios, 200 millones de soles en el Alto Piura.

¿Por qué la perdimos nosotros y no los demás? Porque los incompetentes que la dirigían cuando el  FONAVI pasó la cuenta de los “obras” que había financiado en su ámbito (muchos alcaldes hicieron fortuna tanto con las obras de saneamiento como con las de electrificación) dijeron chí cheñó, aceptando como deuda un monto brutalmente inflado por las raterías, es decir, sin relación con el valor real de los obras. De ahí que el Estado (FONAVI) es el principal acreedor.

Digresión  oportuna: Cuando se privatizó Electrolima,  los compradores (chilenos) observaron el monto de las obras financiadas por FONAVI y, finalmente, solo aceptaron el 15% de los montos “invertidos”, sin embargo, los nuestros, reitero, recontra caídos del palto, se tragaron enterita la yuca que les clavó el FONAVI.

Un comercial y termino:

A inicios de los 90, cuando levantábamos Electronoroeste, quien a la sazón dirigía el diario “Correo”, escribió m/m lo siguiente:

Debería entregársele a Luis Gulman y su equipo la administración de SEDAPIURA o E.P.S. Grau (no recuerdo su denominación en la época).

Justo reconocimiento a la eficacia de un gran equipo.

Nota final:

Si algún memorioso se preguntara porqué el citado Director, luego de nuestra salida de Electronoroeste se nos echó encima cual perro rabioso, le sugeriría preguntar a don Carlos Reyes Peña, gerente general del citado equipo, qué propuesta recibió de tal Director cuando lo visitó en su oficina, como también de su respuesta.