UNA RAYA MÁS AL TIGRE
(Piura, 01 mayo del 2015)
Luis Gulman Checa
De ser cierta la información de primera plana
de la edición de “El Tiempo” de la fecha, referida a la obra en ejecución en el
cruce de las avenidas Cáceres y Country, en el sentido que recién concluiría el
próximo martes (06 días); quedaría confirmado que Piura anda a la deriva y, caería
como anillo al dedo aseverar que se asemeja - como una gota de agua a otra - a un barco al garete.
Tratándose de una obra a desarrollarse
íntegramente en la ciudad, pregunto: ¿será posible que en el Expediente Técnico
no se precisara los plazos de ejecución para cada punto crítico - como el
señalado -, exigiendo suficiente equipo en cantidad y calidad para realizar los
cruces en un santiamén, en el caso presente, digamos, 12 horas? En cambio, ni
siquiera se trabaja a ritmo acelerado.
Por informaciones del mismo diario sabemos
que el contratista, sin coordinar ni avisar, cortó intempestivamente el
tránsito generando un pandemónium. ¿No existe un supervisor? De haberlo, ¿cómo
pudo pasar por alto tremenda omisión permitiéndole tal despropósito sin realizar las debidas y obligadas
coordinaciones previas con el Municipio,
“dueño” y responsable de la ciudad?
Pensemos: si así se manejan las obras
públicas en la capital departamental, es
fácil imaginar las barbaridades
perpetradas en las realizadas en el ámbito regional. Es por ello que la
mayoría, por no decir todas, sufren problemas de toda clase, incluido,
naturalmente el abandono. ¿Desean un ejemplo, estimados lectores, el que,
además, lo tenemos frente a nuestras narices? La carretera que debió unir la
planta de tratamiento de agua de la EPS Grau, sobre la margen derecha del Canal
de Derivación con la ciudad de Piura, la que, vergonzosamente, quedó tirada en
plena construcción a pesar de haber sido “ejecutada” al alimón, nada menos que
entre la Municipalidad Provincial de
Piura y el Gobierno Regional, durante la gestión de César Trelles Lara.
Sin embargo, lo peor, por triste y lamentable
- confirmando una vez más que los piuranos tenemos espíritu de borregos -, fue
que nadie levantó su voz de protesta lo que nos debería inspirar la siguiente
inquietud:
El Ministerio Público, la Contraloría General
de la República, los Colegios Profesionales concernidos, los medios de
comunicación y, finalmente, el concepto de ciudadanía, ¿existen aunque fuera
mínimamente en Piura o son meras entelequias?
Otra fácil conclusión hasta para un “ciego”,
es que a las autoridades competentes, responsables directas del actual
atropello, la ciudadanía les importa menos que un comino, habiendo olvidado que
su tarea es servirla mas no atormentarla.
Un recuerdo a modo de ejemplo: A inicios de
los 90, ENO S.A., a la sazón a cargo de funcionarios competentes y lúcidos,
debió reemplazar m/m 200 transformadores en el ámbito de varias ciudades a su
cargo, tarea que, necesariamente, llevaba consigo un “apagón” de algunas horas
para todos los clientes atendidos por cada uno de ellos. ¿Acaso tal tarea se
programó en horas de máxima demanda? Claro que no, se realizó a partir de las
24.00 (medianoche) de modo que los clientes ni notaron el “apagón”.
Ya podemos irnos preguntando cuántos días nos
amargará la vida la citada obra al pasar la línea de impulsión por el siguiente cruce crítico al lado de la
sede del Gobierno Regional. ¿Sucederá igual que ahora, cuando la ciudadanía ha
sido tratada peor que “palo de gallinero”?