SICARIATO

(Piura, 27 mayo del 2015)

Luis Gulman Checa

La edición de “Correo” de la fecha trae la siguiente información:

Poco a poco sicariato toma control de la ciudad

Asesinos a sueldo lo acribillan y balean a 3

Entendiendo por sicariato al asesinato  asalariado, es decir,  cobrar para matar a quien  indica el cliente; ya podemos ir vislumbrando lo difícil que sería, así hubiera en las calles miles de policías, evitar estos lamentables hechos.

Informa el diario que don Armando Arlinton Aponte Prieto, de 27 años, fue acribillado por sicarios que fueron a buscarlo hasta su domicilio para darle muerte. El hecho acaeció a las 10.30 de la noche del pasado lunes, siendo perpetrado por una pareja de jóvenes a bordo de una motocicleta Pulsar de color rojo.

La víctima, quien era un prontuariado delincuente que hasta enero del año pasado cumplió condena por robo agravado, recibió ocho balazos en la cabeza, rostro, cuello y tórax, muriendo instantáneamente; lo que nos lleva a concluir que el contrato no se limitó a quitarle la vida, sino a dejar un claro mensaje de castigo.

Nadie podría negar que estos “ajustes de cuentas” entre delincuentes no le hacen ningún bien a la sociedad, magnificándose el daño al recibir gran cobertura mediática (no lo critico sino preciso el hecho), desde que el enterarse de la existencia de este nuevo “servicio” para arreglar diferencias,  podría  “hacer abrir los ojos” a ciudadanos más o menos normales que serían felices si tal o cual sujeto  saliera de circulación. Además, según las mismas informaciones, los sicarios se alquilan por cuatro pesetas.

Entonces, contra esta situación ya declarada y arraigada entre nosotros, ¿qué podrían hacer el mandamás de la PNP, el alcalde, el gobernador, el comandante general de la Primera Región Militar o el dignísimo señor Arzobispo?

Ojalá haya entre nosotros alguna mente lúcida y preclara que pudiera darnos una receta para erradicar esta nueva lacra, porque en lo que al suscrito se refiere, más allá de discursos, mensajes, sermones y llamados a la razón y el amor al prójimo - que en atención a la “calidad” de los destinatarios caerían en saco roto - no se me ocurre nada concreto y eficaz.