CONFLICTOS SOCIALES “HEREDADOS” POR PPK
(Piura, 15 julio del 2016)
Luis Gulman Checa
La Defensoría del Pueblo - entidad innecesaria al existir un
Ministerio Público -
nos ha
advertido que el presidente electo, PPK, heredará 212 conflictos sociales,
mayormente ambientales (minería); teniendo el reto de mediar entre las
comunidades (demandas) y empresas (golpeándoles el codo) para activar proyectos
de inversión paralizados.
Reflexionemos:
Si en el Perú, desde
más de una década atrás se implantó la DESCENTRALIZACIÓN, eligiendo en cada
Región/Departamento una cabeza visible y responsable, originalmente presidente
y ahora gobernador, ¿por qué DIABLOS tiene que ser el presidente de la
República quien intermedie a lo largo y ancho del país tal y como si estos
cuasi flamantes burócratas estuvieran “pintados en la pared” o fueran inútiles
sin remedio?
Continuemos cavilando y analicemos quiénes
son los directamente perjudicados por tales conflictos sociales:
¿Acaso no son todos
los habitantes de la región en la que sitúa el conflicto, por cuanto, éste,
finalmente, lo que concretamente logra es privarlos de la renta que deberían
percibir a través del respectivo canon?
Entonces, estimados paisanos, tengamos claro
que los conflictos sociales - como el absurdo e irracional generado por
malos peruanos impidiendo la explotación de nuestra formidable riqueza minera
(Río Blanco) enterrada en Ayabaca y Huancabamba - nos competen a todos y cada
uno de nosotros al impedir la generación de recursos para solventar las
imprescindibles inversiones de diversa índole para mejorar nuestras condiciones
de vida.
¿Qué derecho tienen
algunos de nuestros paisanos de la sierra para impedir que tremenda riqueza
continúa desperdiciada, cuando, por ejemplo, ellos sí se beneficiaron por
décadas con el Canon Petrolero generado por la provincia de Talara?
¿Qué opino de tales opositores?
Tremendos cínicos,
mal agradecidos e irracionales, por cuanto actúan tal y como si vivieran en “el
mejor de los mundos” cuando realmente están asolados por miles de carencias.
A propósito:
¿Qué opinará al
respecto nuestro gobernador? ¿Ha viajado a esas provincias a dar un mensaje,
por ejemplo, desde las respectivas municipalidades? ¿Les habrá dicho que,
mientras continúen impidiendo la explotación de tales yacimientos (correcta y
legalmente no como la “minería” que, desenfrenada e imparablemente, se viene
desarrollando en tales provincias); él no moverá un dedo en su favor, ni cederá
un centavo para ellos?
Ahora, modestamente, un consejo, tanto para los paisanos
de la sierra como para la autoridad competente:
En vez de oponerse a dicha
explotación - la que tendrá que darse tarde o temprano -, exijan ventajas
especiales para ustedes alegando, por ejemplo, que ancestralmente han estado
descuidados por el Centro. Así, sugiero exijan que los recursos del canon,
durante los diez primeros años de vigencia del mismo, se inviertan íntegramente
en vuestro territorio.