CORRUPCIÓN: EL MAL QUE DESANGRA AL PERÚ (IV)
(Piura, 09 julio del 2016)
Luis Gulman Checa
La línea que separa la corrupción de la informalidad
es tenue, de modo que a veces es difícil precisar en cual de ambos campos se
ubican algunos hechos. Sin embargo, considero que ambas devienen en primas
hermanas.
Pondré a su consideración, estimado lector,
un hecho verídico, real y concreto para que determine, de acuerdo a su criterio,
qué calificativo merece.
A fines de la década pasada, el Proyecto
Especial Chira Piura convocó una Licitación Pública Internacional poniendo en
venta algunos miles de hectáreas de tierras en la parte baja del valle del
Chira repartidas en ambas márgenes. Las bases de la Licitación establecían,
clara y meridianamente, el módulo de
riego en 10,000 m3/Ha, como también que el punto de captación del agua con que se regarían las ubicadas en la margen
derecha, sería el Canal Miguel Checa, el cual, estando deteriorado, corría por
cuenta del adquiriente rehabilitarlo hasta el punto de captación.
¿Qué fue lo que sucedió?
El adquiriente, en un
santiamén, luego de suscrito el contrato de Compra Venta, supongo en
arreglos/conversaciones con los representantes de la Junta de Usuarios del valle
del Chira, varió el punto de captación al Canal Norte (evadiendo así el compromiso formal y legal de
rehabilitar el Canal Miguel Checa) e, increíblemente, plantó caña de azúcar, cultivo
que requiere un módulo de riego que casi duplica al establecido en el contrato.
Creo que este hecho demuestra fehacientemente que el Perú es un
país en el que continúa imperando la ley de la selva, no solo entre
quienes conforman la base de la pirámide social (vendedores informales, moto taxistas,
motociclistas, etc.) sino también, desdichadamente, entre los integrantes del
ápice.
Paralelamente a los hechos relatados, otra
empresa de raíces extranjeras, a través de una Iniciativa Privada incoada ante
el Gobierno Regional de Piura, adquirió algo más de 10,000 Has. en el tablazo para plantar caña de Azúcar, aprovechando
el agua que el río Chira descargaba al mar, la cual, además que debía gastar en bombearla, no garantizaba
seguridad de abastecimiento.
Como el suscrito por esos tiempos estuvo al frente
del PECHP (asumí cuando ambos contratos de Compra Venta habían sido firmados),
en una oportunidad pregunté al representante de la empresa extranjera que hizo
una gran inversión, ¿por qué razón no terciaron en la Licitación promovida por
el mismo PECHP, cuyas tierras contaban con agua segura y regulada?
La
respuesta:
Porque no nos
servían. Nosotros vamos a plantar caña de azúcar y el módulo de 10,000 m3/Ha/año
no es suficiente para cubrir los requerimientos del cultivo.
Queda así, patentemente demostrado, que la
tarea de erradicar la corrupción/informalidad en el Perú
es ímproba, no habiendo persona alguna en la tierra que, desde el rimbombante cargo
de presidente de la República pueda lograrlo, salvo que la mayoría de la
población, de capitán a paje, empiece a cumplir con las normas y cánones establecidos.