UNA MIRADA AL GOBIERNO QUE CULMINA
(Piura, 26 julio del 2016)
Luis Gulman Checa
Los medios, mayormente, están despidiendo a
Ollanta Humala con nota desaprobatoria. Sin embargo, innumerables informaciones
provenientes de organismos internacionales, ubican magníficamente al Perú en el
contexto mundial, visto bajo diversos
aspectos.
Asimismo, durante su mandato no hubo “arequipazos”,
“baguazos”, asesinatos masivos de presos, remate de empresas públicas a precios
nimios, expectoración de primeros ministros acusados de corrupción, etc.
Algunos críticos lo han acusado
permanentemente de haber traicionado a sus electores y compañeros
originales por no haber llevado a cabo su propuesta de gobierno esgrimida
durante la primera vuelta: La Gran Transformación. Sin embargo,
recién he leído una entrevista a Daniel Urresti - ponderado, mesurado e
inteligente - en la que se refiere al tema m/m de la siguiente manera:
En una oportunidad conversamos
con el presidente sobre este tema y él me dijo: “Yo no gané con la Gran
Transformación sino con la Hoja de Ruta que suscribí para la segunda vuelta. De
haber seguido con la propuesta inicial, no hubiera sido elegido presidente.
Entonces, leído tan claro e inapelable reconocimiento
de la realidad, ¿merece el calificativo de traidor o de fiel cumplidor de los
compromisos contraídos? Traidor hubiera sido si, luego de ganar por
haber suscrito la Hoja de Ruta, hubiera pretendido aplicar la Gran
Transformación.
Respecto a la “traición” a sus
compañeros iniciales, ello deviene en acusación absurda y fuera de lugar. ¿Por
qué? Por cuanto esas personas, obviamente, concordaban con la Gran
Transformación, ergo, al quedar ésta descartada, ellos, por obvias razones,
también debieron ser apartados.
Parecería que a los peruanos nos encanta que
nos mientan, lo que explicaría esta actitud de condenar a Ollanta por cumplir
con los compromisos adquiridos. Como confirmación, comparémoslo con Alberto
Fujimori y Alan García en cuanto a compromisos de campaña versus acciones de
gobierno:
El caso de Alberto
Fujimori fue un récord mundial de “metida de dedo” o “sacada de vuelta”, habiendo
sido elegido por oponerse al imprescindible ajuste económico - luego del fatal gobierno de AGP - anunciado
por Vargas Llosa para, de entrada, aplicar un brutal ajuste mil veces mayor del propugnado por Mario. Sin embargo, seguimos
adorándolo tanto que su vástago, el
inefable Kenji, es el rey del Congreso.
AGP, en su segunda
elección dijo m/m que “solo sobre su cadáver se firmaría el TLC con los Estados
Unidos” y, también, que desaparecerían
los malditos Services, equivalentes a la moderna esclavitud por significar la
explotación del hombre por el hombre. Sin embargo, no solo se suscribió tal TLC
sino muchos más y los Services continuaron prosperando. También olvidó
advertirnos que liberaría narcotraficantes a cambio de dinero.
No podemos dejar de mencionar a Nadine,
originalmente bendecida al imputarle haber sido la guía que sacó de la mente
del mandatario tanto la Gran Transformación como su supuesta tendencia chavista
y, posteriormente, condenada por usurpadora. Con franqueza, sin ser
letrado, siento vergüenza ajena cuando oigo o leo a personas, supuestamente
cultas y pensantes, calificar como delictuosa tal supuesta actitud de Nadine.
¿Estará tipificado en
el Código Penal de algún país el supuesto delito achacado a Nadine?
Pregunto a usted, estimado lector, si será
punible y/o condenable que, estando una pareja recostada en la cama -
obviamente descansando -, alguno le pregunte al otro, por ejemplo:
Amorcito, ¿a quién
designarías tú ministro, a Juan o a Pedro, porque no decido a cual nombrar?
Finalmente, terminando con Nadine, fue
nauseabundo leer un editorial de un suplemento dominical criticándola
amparándose en los testimonios de dos individuos: Omar Chehade (echado del
cargo por corrupto aún antes de “empezar el partido”) y Mauricio Mulder (miembro
destacado de lo que queda del gran partido aprista que fue destruido por su
ídolo y guía AGP, quien, increíblemente, achaca acciones corruptas al saliente
gobierno. ¿La sartén a la olla?)
Por amor a Dios: ¡No
joroben!