CARRERA DE CABALLOS PARADA DE BURROS

(Piura, 20 septiembre 2017)

Luis Gulman Checa

Pocos días atrás vimos con optimismo el  inicio de la demolición de los restos de la antigua casona ubicada en la esquina de los jirones Lima y Callao, en la ciudad de Piura, realizada durante la madrugada, que es cuando deben ejecutarse esta clase de tareas por respeto a la ciudadanía, por cuanto, como se comprenderá, las mismas exigen   cortar el tránsito, lo que  genera bárbara congestión durante el día. Prueba de ello lo tenemos cuando alguna autoridad (in)competente, demostrando tener menos cerebro que un mosquito, dispone pintar los cruces peatonales en el centro de la ciudad al medio día. ¡Difícil aceptar que haya gente tan bruta y para colmo funcionarios!

Sin embargo, cuando lo natural era que el trabajo continuara en sucesivas madrugadas hasta dejar todo derruido y los escombros retirados, sorpresivamente no se ha vuelto a poner ni un dedo en la citada “obra”. Así pues, en este caso, como ya es habitual en nuestra maltratada y cada vez menos vivible ciudad, habríamos ido de Guatemala a Guatepeor

Optimistamente, debemos suponer que, más temprano que tarde, la tarea se reiniciará hasta concluirse algún día que esperemos sea en el presente año. Sin embargo, el optimismo señalado al inicio se debía a que pensamos que la “obra” no se limitaría a derribar las añosas y peligrosas paredes de adobe, sino que, como lo indica el más elemental sentido común, se aprovecharía la circunstancia para darle a ambos jirones la anchura que les corresponde uniformizando ambas cuadras de los jirones Lima y Callao,

La primera disyuntiva a dilucidar es determinar quién es el dueño de la obra:
la MPP o el propietario del terreno. Si fuera la municipalidad, domo debería ser, sin duda se les daría a las calles la anchura que les corresponde y así la ciudad, aunque a paso de tortuga, iría adecentándose. Sin embargo,  qué sucedería si el dueño fuera el  propietario del terreno y la MPP  permaneciera como simple y vulgar mirón, es decir, sin intervenir como debiera ejerciendo sus prerrogativas.

¿Las calles continuarían estrechadas y el único cambio sería el ladrillo en vez del adobe?

Sería bueno que los gremios/instituciones competentes y representativos, como, por ejemplo, los Colegios Profesionales, Ingenieros y  Arquitectos o, también, la señera y representativa Cámara de Comercio; opinaran al respecto si consideraran que el caso lo amerita, lo que equivaldría, por ejemplo, a aplicarle, figurativamente, un enema de concentrado de ají mono a la MPP.