ESPELUZNANTE  INFORMACIÓN

(Piura, 29 setiembre 2017)

Luis Gulman Checa

Jamás había sintonizado radio Exitosa pero, los últimos días, a raíz de llevar mis nietos al colegio en carro ajeno, tuve oportunidad de oír a un conductor/periodista de apellido Silupú, auténtico Catón con sable y látigo en mano denunciando tropelías de funcionarios de toda laya y color, quien, a diferencia de otros que no inspiran confianza respecto a sus reales intenciones, me pareció auténtico.

Sin embargo, el brutal y despiadado ataque que lanzó esta mañana contra los dos “reyes” que gobiernan Piura,  Reynaldo Hilbck Guzmán (rey coronado) y Carlo Bertini (rey sin corona pero real y efectivo gobernante), según él, me impactó de tal modo que pudo haberme producido un infarto:

El único hermano del gobernador fue favorecido con la venta (simbólica a precio huevo/irrisorio) de m/m 60 hectáreas de tierras eriazas por parte de un ente del GRP dirigido por  una funcionaria, cuyo nombre no recuerdo pero de la que hizo “cera y pabilo”, cuando, desde m/m un año atrás,  las mismas ya habían sido beneficiadas por la Autoridad Nacional de Agua con el bendito, escaso y mal barateado recurso: agua para el riego.

Para agravar el asunto, el señor Silupú, ubicándose en las antípodas de, por ejemplo, la columna “Chiquitas” del diario “Correo”, incapaz de señalar nombres y apellidos ni, menos aún, de llamar a las cosas por su nombre; se refirió a Resoluciones con número y fecha que demostraban la validez y certeza de sus acusaciones.

En atención a que el ladrón juzga por su condición, confieso que, a pesar de la contundencia de la denuncia, mi mente se  resiste a aceptar/creer que el gobernador pudiera haber permitido y/o ser partícipe de tal barbaridad, más aún cuando el hermano, presuntamente beneficiado, según denunció el señor Silupú, no es ningún pobrecito sumido en la inopia y, para colmo, es propietario de gran número de hectáreas, mayormente heredadas.

Ante tal estado de cosas solo veo dos salidas posibles:

Primera opción:

La denuncia es falsa y los hermanos buscan al señor Silupú y le descerrajan en el pecho todas las balas almacenadas en la cacerina de su parabellum.

Segunda opción:

La denuncia se ajusta a la verdad y el GRP tendría que ser arrasado por el Ministerio Público y su
s funcionarios acabar como los del Gobierno Regional de Ancash cuando se hizo público que, realmente, era una cueva de ladrones.