JAIME TÁVARA: ¿INGENUIDAD O PROTAGONISMO BARATO?

(Piura, 23 setiembre 2017)

Luis Gulman Checa

Ayer fuimos informados por nota de prensa del GRP que, la segunda quincena de octubre, empezarán a actuar los veedores ciudadanos, seleccionados y preparados por Jaime Távara Alvarado, secretario del Consejo Regional,  quienes tendrán a su cargo el control de las obras de rehabilitación y reconstrucción, al haber quedado expeditos tras una charla de capacitación llevada a cabo en la facultad de Ingeniería Civil de la UNP.

Quiere ello decir que los piuranos, todos, incluidos usted, estimado lector, y también el suscrito, podremos dormir tranquilos debido a la insobornable tarea de vigilancia y control que esta división anti corrupción ejercerá, permanente y acuciosamente, sobre las empresas y/o consorcios que deberán llevar a cabo las urgentes tareas precisadas líneas arriba: rehabilitar y reconstruir.

Esta información, dicho con respeto y consideración, me trae a la mente el conocido y mil veces demostrado aserto:

El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones.

Es difícil aceptar que un funcionario como el señor Távara, abogado él, desconozca que los procedimientos vigentes para la ejecución de obras públicas,  no solo son claros y precisos sino que, además, merecen el calificativo de perfectos. Por ello, resulta sorprendente esta flamante innovación que él está lanzando al espacio cual cohete sin objeto ni destino.

¡Cuidado!  No se me tilde de ingenuo por hablar de perfección  respecto a la obra pública, por cuanto, desgraciada y fatalmente, lo decretado tanto por la ley como por Dios debe ser cumplido/ejecutado por el hombre, el cual, como ha quedado ampliamente demostrado a lo largo de la historia, es el imperfecto y, en el caso presente, quien desnaturaliza, buscando su propio y ruin beneficio, el claro y estricto camino marcado por la ley para ejecutar obras públicas.

Un consejo hasta de un conejo:


Señor Távara: en vez de “tomar el rábano por las hojas”,  le recomiendo “coger al toro por los cuernos”,   dirigiendo sus justos temores y preocupaciones a coadyuvar a lograr la higienización del importante y trascendente organismo público en el que usted labora. ¿Cómo hacerlo? Hablándole y demostrándole al mandamás que es urgente “limpiar la casa de elementos nocivos” (tengo el buen gusto de no imitar al ”ángel”, AGP quien, cual perfecto  e impoluto, vociferó RATAS) que dañan y le quitan credibilidad a su gestión que está muy lejos de lo que los piuranos de bien esperábamos.