LAS PLAGAS
(Piura, 26 setiembre 2017)
Luis Gulman Checa
Considerando en toda su amplitud el término
usado en el epígrafe, en este caso la sobre población humana trastornando el
medio ambiente y generado el caos, es propio afirmar, categóricamente, que la
ciudad de Piura se encuentra asolada por la atroz plaga en que devino la proliferación de moto taxis. (*)
Bueno es culantro
pero no tanto.
¿Acaso, las autoridades (in)competentes, continuarán
cruzadas de brazos cuando estos, simpáticos y prácticos, vehículos se multipliquen
al extremo de saturar calles y avenidas imposibilitando
la circulación vial?
Viene a cuento el presente ante la polémica
desatada a raíz de la llamada “Ampliación del anillo vial” la cual,
traduciendo, significa alejar aún más del centro de la ciudad la circulación de
estos vehículos, a pesar que, como es obvio, los conductores de moto taxis se
zurran en la vigencia del actual anillo circulando por donde les viene en gana ante la
punible abulia policial.
Estimado lector, ¿conoce usted Londres? El
suscrito tampoco. Sin embargo, ahora que está vigente la era de la información total
e instantánea, es sabido que en dicha ciudad (auténtica) la autoridad competente
no solo determina el número de vehículos que prestan el servicio de
taxi (naturalmente, por esos lares, el llamado taxi colectivo, propio de
ciudades del quinto mundo, es inimaginable) sino que, para que una persona sea
autorizada para prestarlo, previamente, debe pasar por un tamiz tal que, ojalá,
se aplicara en nuestro vapuleado y maltratado país a quienes aspiran a ser alcaldes,
congresistas o, también, presidentes de la República.
Naturalmente que la distancia que separa a
Londres de Piura (no me refiero a kilómetros) es inconmensurable, no obstante,
así como los ignorantes deben aprender de los que saben, también las
autoridades deben imitar lo bueno que se hace en lugares más avanzados, por lo
que la primera, imprescindible y urgente medida a adoptar es fijar el número de
moto taxis que deberían circular en nuestra ciudad.
¿Pero por qué nos fuimos hasta Londres si
acá, muy cerca, tenemos ejemplos de autoridades competentes como en la
ciudad de Trujillo, donde jamás se permitió la proliferación de esta plaga? Tal
vez la solución pase por “importar” autoridades trujillanas o arequipeñas para
adecentar/higienizar el tránsito.
En la edición de “Correo” de la fecha apareció
un informe pronosticando que la citada ampliación del anillo vial tendría un
alto costo social tanto para los conductores de estos vehículos como para
quienes se movilizan en ellos, lo que resulta obvio y natural porque todo
cambio de usos/costumbres trae consecuencias varias. Sin embargo, formulémonos
una pregunta:
¿Alguien halló la
fórmula para preparar tortillas sin romper los cascarones de los huevos?
(*) Fieles a nuestra idiosincrasia,
convenientemente, nos olvidamos de la otra mortífera plaga: el transporte de
pasajeros en las cuchocientas mil motocicletas que, ilegalmente, prestan tal “servicio”
a vista y paciencia de quienes deberían reprimirlo. Con semejante caos, ¿qué chance
tiene Piura de volver a ser una ciudad
digna y vivible?