B A N A L I D A D E S

(Piura, 11 noviembre 2019)

Luis Gulman Checa

Tal calificativo merecen los asuntos que ocupan la cúspide del interés de los medios, convirtiéndose así, confío que involuntariamente, en encubridores o distractores de los temas trascendentes/importantes/acuciantes que deberían constituir, permanentemente, el meollo de la discusión de los piuranos.

No sé qué opinará usted, estimado lector, pero personalmente me asquea cada vez que aparece un nuevo capítulo de la “telenovela” llamada  ACOSO GERENCIAL, protagonizada por el gerente general del GRP (un trujillano, prueba indiscutible que Servando García es un peón de “plata como cancha” Acuña, para vergüenza de los piuranos) y una dama cuyo nombre desconozco.

Otro asunto oprobioso es el referido a los rateros, distribuidos a lo largo y ancho del departamento, camuflados como docentes y/o guías de nuestros niños y jóvenes ocupando cargos directivos en las Unidades de Gestión Educativa, convertidas por estos malandros en fuentes inagotables para robar recursos públicos atentando contra una de las principales tareas del Estado:  la EDUCACIÓN, que se fue por el desagüe a partir de la irrupción de Atil.., perdón, Juan Velasco Alvarado.

Para colmo, últimamente surgió otro “destape” copando titulares y primeras planas: el etéreo, fantasmal y premio Nobel a la incompetencia y corrupción PEIHAP, venía siendo esquilmado (como si desde su nacimiento no hubiera sido  fuente inagotable para colmar bolsillos de pícaros y sinvergüenzas) a través del injustificable alquiler de un vehículo, aparentemente propiedad de una dama cercana/amiga del gobernador, disponiendo de tantos vehículos que hasta el mismo S.G. usa el último y más moderno adquirido por el citado muerto en vida.

¿Por qué calificar como banales asuntos claramente violadores de las normas?

Por cuanto, todos ellos, son simples incidentes sin importancia comparables, por ejemplo, a un dedo meñique gangrenado. Así, tan igual como  una persona afectada por tal mal es sometida a una amputación y el peligro desapareció, igualmente, en todos los casos señalados líneas arriba, los males debieron cortarse de raíz e ipso facto. Sin embargo, como prueba fehaciente de que nuestras autoridades son una calamidad (¿ignaros, corruptos?) los citados incidentes continúan vivitos y coleando, tal y como si fueran temas vitales para el desarrollo y progreso de Piura y los piuranos.  ¡Qué vergüenza!

Termino planteando una reflexión:

Siendo lo que se viene perpetrando en la refinería de Talara el más escandaloso y visible robo al Estado, preguntémonos: ¿por qué los medios no guiaron a los piuranos a oponerse exigiendo se destinen tales recursos a reactivar la agricultura?