LA OBRA PÚBLICA EN LA PICOTA

(Piura, 09 mayo 2016)

Luis Gulman Checa

Los medios locales de la fecha traen informaciones deprimentes referidas a la incapacidad de los funcionarios concernidos para ejecutar, debida y puntualmente, los presupuestos a su cargo. Veamos:

“Correo”, llamada en primera plana:

Son colegios y centros de salud

30 OBRAS DEL GOBIERNO REGIONAL ESTÁN PARALIZADAS

“El Tiempo”, página 09:

Obra de agua de 47 millones está paralizada por falta de documentos.

Más de 22 mil sullaneros afectados y gastan entre 7 y 10 soles por comprar el agua (se supone diariamente).

Contra lo que la generalidad de la población puede creer por los desastrosos resultados, la obra pública está perfectamente normada y regulada, de modo que, la única razón por la que suceden anomalías como las que generaron las informaciones aludidas, es la falta de idoneidad de los funcionarios responsables sea por ineptos/incompetentes y/o corruptos. Sin embargo, parece estar claro que, mayoritariamente, están “adornados” por ambas cualidades.

Si fueran competentes y corruptos, harían las cosas bien, de modo que la obra se ejecutaría sin tropiezos tanto en el plazo constructivo como en el monto contratado, por cuanto, inteligentemente, habrían sabido de  dónde, cómo y cuándo obtener el dinero sucio para sus bolsillos.

Sin embargo, lamentablemente, resulta muy claro que en Piura gozan de ambas “cualidades”, por lo que del saque aseguran la suya importándoles un comino que la obra vaya de cabeza al hoyo.




Ejemplo típico, notable y triste de ello fue el contrato del anhelado desarrollo del Alto Piura suscrito durante la administración de César Trelles que, teniendo todo a su favor de modo que hace rato las obras  deberían estar en servicio, los gestores fueron probadamente incompetentes. Respecto a si también fueron corruptos - como todo lo evidencia - ojalá muy pronto quede plenamente confirmado por las conclusiones  emanadas del  proceso Lava Jato, en marcha en Brasil.

Mientras tanto:


La Contraloría General de la República ha devenido en vergüenza nacional por estar, literalmente, “pintada en la pared”.