EL CAOS DEL TRANSITO EN PORTADA
(Piura, 25 junio del 2016)
Luis Gulman Checa
El Decano, “El Tiempo”, al parecer se tomó en
serio el terrible mal que no solo nos
viene asolando desde años atrás, sino que sus raíces contaminantes continúan extendiéndose por todo el ámbito de
la ciudad, tornándola más invivible cada día que pasa. Su portada de la edición
de ayer, salió así:
“Emergencia en el
transporte no sirve para nada”
Dirigentes de combis y mototaxis dicen que la medida solo
sirve para “perseguirlos y multarlos”. Experto Jorge Timaná cuestiona que
autoridades se hayan enfocado en operativos de control.
Concediéndole al diario el beneficio de la duda, en el sentido que
realmente propende a que el tránsito se civilice, sí considero fuera de lugar
que empiece su campaña entrevistando a dirigentes de combis y mototaxis. Le
recomendaría considerar el siguiente
aserto: “No poner al gato de despensero”.
Primero planteémonos una reflexión:
¿Acaso la diferencia
esencial entre una sociedad culta y ordenada (Suiza) y otra inculta y bajo la
“ley de la selva” (Piura); no es que mientras en la primera se respetan
escrupulosamente normas y cánones, en la
segunda los pobladores, mayoritariamente, se zurran en ellos?
Entonces, no se requiere ser “experto” ni
sabio para comprender que, la primera y elemental medida que debió adoptarse
luego de decretada la emergencia, fue la aplicación irrestricta y sin
contemplaciones de todas las normas regulatorias, lo que hubiera higienizado la
ciudad al desaparecer las siguientes
lacras que infectan el tránsito:
·
Motos
lineales haciendo servicio público de transporte de personas.
·
El
m/m 30 a 40% de vehículos que circulan sin la obligatoria Revisión Técnica anual
los que, obviamente, jamás podrían obtenerla legalmente.
·
La
seguridad se hubiera incrementado exponencialmente al desaparecer de las vías
la gran cantidad de vehículos, de toda clase (evidentemente conducidos por
retrasados mentales), sin luces de peligro, tuertos o absolutamente ciegos (ni
una sola luz).
·
Los
taxistas circulando por las calles, de día o de noche, haciendo tronar las
bocinas en busca de clientes. (Sonar la bocina está penado con papeleta de S/
150.00).
·
La
población hubiera logrado paz y sosiego al desaparecer de las vías los
conductores descerebrados de vehículo con escape libre.
·
Continúe
usted, estimado lector.
Obvia y naturalmente, tales medidas debieron
ser el punto de partida de la enorme tarea de normalizar el caótico
tránsito en la ciudad debido a décadas de
descuido/abandono/indiferencia/omisión de sucesivas autoridades.
Finalmente, así como .los casos del Mercado
Modelo y del Tránsito en la ciudad se asemejan en su génesis como una gota de
agua a otra; así también, como sucedió
con el Mercado, es elemental empezar la normalización del tránsito aplicando mano
fuerte para llevar a cabo, a continuación, las necesarias medidas de
infraestructura, organizativas y de control.