LOS PRÓFUGOS

(Piura, 24 junio del 2016)

Luis Gulman Checa

La edición de “El Tiempo” del día de ayer nos informa en portada lo siguiente:

La justicia busca a 250 prófugos en toda la Región Piura

Excaldes de Pacaipampa y Castilla figuran en la larga lista. La mayoría son perseguidos por omisión a la asistencia familiar y venta de drogas.

Policía Judicial revela que a diario recibe 30 pedidos de captura de los juzgados de Piura, Huancabamba, Chulucanas y Sechura.

Lo primero que me vino a la mente fue lo siguiente:

Si por arte de magia el día de mañana todos cayeran en manos de la justicia, ¿dónde los depositarían?

Recordemos que, pocos días atrás, los medios  informaron que el penal piurano estaba sobrecargado fenomenalmente, de modo que sería irracional e inhumano enviar ahí un detenido más. Entonces, si nos damos ínfulas de ser un país moderno y progresista, lo justo y lógico sería que el INPE alquilara los hoteles necesarios para albergarlos, por cuanto, no por ser sentenciado se pierde la condición de ser humano ni los derechos constitucionales.

Sin embargo, reflexionando llego a la conclusión que no somos prácticos cuando se trata de penalizar, siendo un caso palpable el de los perseguidos por omisión a la asistencia familiar, eufemismo similar al de las reservas negativas de Alan García para disimular la quiebra del Estado; en vez de calificarlos como se merecen: peores que los animales porque se zurran en sus hijos.

Pregunto:

¿No sería mucho mejor, positivo y barato que, en vez que el Estado gaste manteniéndolos en la cárcel (hay que alojarlos y alimentarlos), los castre químicamente lo cual es simple, rápido y económico?

El otro gran bolsón de prófugos está conformado por los traficantes de drogas. Pero, ¿por qué existen los traficantes? Por cuanto, absurda e irracionalmente según mi parecer, se ha penalizado todo lo referido a las drogas lo que generó un tremendo problema que, a su vez, es de muy fácil solución.

¡Es urgente despenalizar todo lo referido a las drogas!

¡Muerto el perro, muerta la rabia!