FÁRMACOS VENCIDOS: TORMENTA EN UN VASO DE AGUA

(Piura, 02 noviembre del 2016)

Luis Gulman  Checa

En los últimos días, los medios nos han atosigado  informándonos  sobre la existencia de medicamentos “vencidos” (*) en almacenes de Salud de Sullana y Piura, como si tal situación constituyera un fenomenal escándalo, cuando, en el peor de los casos y si fuera necesario incinerarlos, no pasaría de ser una falta.

(*) La fecha de expiración consignada en el envase, ya quedó atrás.

Lo primero que me viene a la mente es haber leído, en diversos artículos, el relativo valor de la fecha de expiración: la misma  solo es referencial y las medicinas continúan siendo   utilizables mucho después de la fecha señalada, lo que puede comprobarse revisando las que se tienen en casa usándose sin problemas pese a haber expirado su vida útil.

Digresión: Mi hija Paulina, sumamente escrupulosa en la conducción de su Dulcería - Salón de Té, constantemente elimina productos supuestamente vencidos que  uso en la preparación de mi dieta prescrita  por Tania de los Santos.

Una vez más es necesario hacerles recordar a los medios que es de mal gusto inventar escándalos para llenar portadas, cuando, fatal y desgraciadamente, casi cotidianamente, entre líneas y en voz baja, mencionan  situaciones realmente graves, malignas y nefastas para nuestro desarrollo sin tocarlas en profundidad analizándolas, desmenuzándolas y, principalmente, determinando y señalando, con nombres y apellidos, a los  responsables. 

Así como Haya de la Torre afirmaba que el parlamento es el Primer Poder del Estado, también, con razón y especialmente en los países auténticos, la Prensa es el Cuarto Poder del Estado. Sin embargo, para que ello sea real, es menester que sea independiente, es decir, no debe  enfeudarse a nadie ni a nada ni  tener pelos en la lengua, lo que, lamentablemente,  no sucede entre nosotros.

Dentro de la multiplicidad de situaciones agobiantes y/o preocupantes para Piura (lo de los medicamentos estaría en el puesto 508 en un listado por trascendencia), considero que en primer lugar está el riesgo de que nos asole una sequía monumental, lo que no solo tendría consecuencias funestas para la agricultura de nuestros valles (a excepción del Alto Piura que tiene su reservorio propio y natural en el subsuelo), sino que ocasionaría muy graves problemas en el abastecimiento de agua potable a las principales ciudades del departamento.

Distinguidas autoridades, respetuosamente reitero:


¡Pónganse las pilas usando su inteligencia, conocimiento y experiencia!