LA EXPERIENCIA MERECE RESPETO

(Piura, 25 noviembre del 2016)

Luis Gulman Checa

El 13 de abril del presente año apareció en este blog un artículo con el epígrafe siguiente:

MI PRONÓSTICO: CRISIS AGRÍCOLA EL 2017

El encabezado del mismo dice lo siguiente:

“Sin radares, sondas, barcos, termómetros ni ondas Kelvin, pronostico que el 2017 será año ULTRA SECO , lo que relacionado con la descarga anual del río Chira, ella será inferior a los 1,000 MMC y, el río Piura, no aparecerá ni en fotografía.

El párrafo final dice así:

No obstante, ruego a Dios estar totalmente errado, especialmente pensando en las penurias que la sequía acarrearía a los miles de trabajadores del agro.

Entiendo perfectamente que semejante pronóstico no fuera atractivo para las autoridades competentes, en contraposición al anuncio de lluvias diluviales,  formidable para solicitar millones de millones para obras de prevención, las cuales, como quedó patéticamente demostrado ante el fallido pronóstico del ENFEN para el presente año, son maravillosas para engordar sucios bolsillos de funcionarios y contratistas corruptos.

Sin embargo y fatalmente, la realidad no solo está confirmando tal pronóstico sino que, peor aún, una vez más  quedó confirmado que en Piura no existe orden, conocimiento ni autoridad en el uso/administración del formidable bien que el Estado nos regaló: EL AGUA REGULADA.

¿Cuáles y cuántos cojones serán cortados, sin anestesia,  por la incalificable estupidez/negligencia de haber permitido sembrar arroz, especial y puniblemente,  en campaña chica?

Ahora, cual gallinas asustadas ante la aparición de un zorro hambriento, leo que las “autoridades”  están en permanente conciliábulo para decidir si solicitan la Declaratoria de Emergencia en Piura por  sequía. ¡Qué tal estupidez! ¿Por qué el calificativo? Muy sencillo:





La presencia de sequías en Piura, no tiene nada de emergencia, por cuanto es una situación tan normal/natural como los períodos de lluvias normales o diluviales, ergo, siendo en Piura el clima  impredecible, la única situación de emergencia es el clima diluvial, pero, contra la sequía, qué se puede hacer, salvo que nuestros genios gobernantes soliciten traer agua de la cuenca del río Amazonas en aviones Antonov.

Termino con la misma invocación de Abril:

Ruego a Dios estar errado y que el cielo abra sus compuertas.