SE DECLARÓ LA GUERRA POR EL AGUA
(Piura, 26 noviembre del 2016)
Luis Gulman Checa
El pronóstico formulado por el suscrito el
año 2008, cuando aún estaba al frente de la gerencia general del PECHP, sobre
la gestación de una Guerra por el Agua en Piura cuando se presentara un período
seco, ya se materializó con la aparición de los primeros escarceos, según nos
informa el diario “Correo” de la fecha:
EN EL VALLE DE SAN LORENZO
500 Agricultores bloquean
puente El Partidor exigiendo agua para regar
sus cultivos.
Por la sequía temen que se pierdan 3,500 hectáreas de
arroz, al igual que los frutales.
Imaginemos lo que escalará
esta guerra en el curso del 2017 si, como todo lo indica, nuestra región
soporte una fuerte sequía como tantas que se presentaron en el pasado y que,
solo mentes trastornadas y/o ignorantes de nuestra realidad, pudieron descartar
absolutamente aceptando/permitiendo que las áreas de cultivos permanentes en
terrenos sin agua propia, se extendieran sin orden, medida ni control,
aunque sí, sin la menor duda, “rompiendo manos”.
Se argumentará, quizá válidamente, que
durante varios años hubo incremento de la producción, demanda de mano de obra y,
en general, crecimiento económico. Perfecto. Muy bien. Sin embargo, planteo una
reflexión:
Así como existen los
cuarteles de Bomberos, listos para intervenir cuando se produzca un incendio,
¿cuál es la solución prevista por nuestras autoridades competentes para
enfrentar la sequía que, tarde o temprano, TENÍA QUE PRESENTARSE?
Habida cuenta la caótica e ilegal situación
actual representada por miles de hectáreas de antiguos eriales, no considerados
en el balance del Sistema Chira Piura, que devinieron en plantaciones de
cultivos permanentes de alta productividad, la medida lógica y natural sería la
siguiente:
Destinar el agua
regulada en los reservorios de San Lorenzo y Poechos, única y exclusivamente,
después de atender los requerimientos de la población y animales, a regar
cultivos permanentes.
La propuesta consignada ut supra, carece de
base legal, por cuanto la masa del río Chira debe destinarse a atender los
requerimientos propios del valle, ergo, podrían darse largos períodos de tiempo
sin discurrir agua por el Canal de Derivación. Si, además, como es propio de
una gran sequía, el río Piura no aparece ni por Ñácara, ¿qué sucedería con la
gran agricultura ilegalmente desarrollada tanto a la vera del citado Canal como en el Medio Piura? (*)
De cumplir estrictamente con la ley,
desaparecería o, en el mejor de los casos, sufriría enormes daños, por lo que,
el sentido común, indica que habría que tratar de preservarla. Pero ello no
sería gratis, por cuanto tendrían que indemnizar al contado a los
agricultores que les cedieran su agua ´para salvar las
plantaciones.
Finalmente, otra reflexión:
Si los piuranos somos
tan devotos y creyentes, como lo atestigua nuestra inmensa devoción tanto por el Señor Cautivo de Ayabaca
como por la Virgen de las Mercedes, en vez de enfrentarnos por el agua cual perros hambrientos por un hueso, roguémosles interceder por nosotros para que el cielo sea
pródigo y nuestros ríos fluyan.
(*) ¿Qué sucederá con las más de 15,000
hectáreas de caña de azúcar?