URGENTÍSIMO: DECLARAR EMERGENCIA MUNICIPAL
(Piura, 18 noviembre del 2016)
Luis Gulman Checa
Reflexionemos respecto a la naturaleza/objetivo/razón
de ser de los gobiernos locales o municipalidades:
¿Acaso no es verdad
que, supuestamente, se trata de un grupo
de ciudadanos abnegados y dispuestos a darse íntegros en pro de que la vida en
su jurisdicción sea armoniosa, pacífica y, cómo no, idílica?
Sin embargo, por razones obvias que no es
necesario precisar, han devenido en ollas de grillos, meriendas de negros y/o
casas de putas, dicho peyorativamente, de modo que perdieron el norte y
la brújula. Así, los integrantes de los Concejos Municipales que deberían
trabajar unidos como un solo puño, reitero, pensando y buscando, única y
exclusivamente, lo mejor para la ciudadanía; están comportándose cual perros
famélicos disputándose a dentelladas un mísero hueso, dicho también,
peyorativamente.
¿Cuál es el hueso de la referencia? El
apetito personal, el salir en los medios (fatalmente abundan los periodistas de
dos por medio que, en vez de enterrar a tanto fantoche, les dan
alas y promocionan generando el enorme peligro que tanto infeliz termine
ocupando una curul, coadyuvando así a desprestigiar cada vez más al que antaño
fue el Primer Poder del Estado) para lograr presencia pública y lograr el gran
objetivo:
Medrar, el mayor
tiempo que sea posible, chupándole la sangre al erario sea en el cargo que
fuere con tal que reditúe un ingreso mensual.
Si hiciéramos un listado de todos los pésimos
elementos que transitaron por los Concejos Municipales que siguieron el camino
descrito líneas arriba, sería interminable.
Comparemos un Concejo Municipal con el
Directorio de una institución bancaria y concluiremos que sus objetivos son exactamente
iguales: llevar a buen puerto la institución que dirigen.
Le pregunto, estimado lector:
¿Cree usted
concebible que los señores directores en
el curso de sus reuniones se comporten como lo hacen los señores concejeros, mentándose
la madre y/o sacándose los ojos, dicho peyorativamente?