¿CRUCIFICANDO A LAS AUTORIDADES?

(Piura, 19.00 horas del 16 marzo 2017)

Luis Gulman Checa

Disponiendo tan solo de 04 canales de televisión por percances sufridos por la bendita fibra óptica y, buscando estar informado de lo que viene sucediendo en el sur del país, no queda más remedio que soplarse a “reporteros” quienes no solo adolecen del horroroso mal diagnosticado como “Incontinencia verbal” sino que, inmisericordemente, asesinan el idioma a razón de 10 veces por minuto.

Formulada tal precisión, voy directo al grano:

Todos estos irresponsables, féminas o varones, que se lucen en televisión micrófono en mano, irresponsable y reiterativamente hacen CERA Y PABILO de las autoridades acusándolas de inhumanas por no atender, instantáneamente,  a las personas directamente golpeadas por la naturaleza.

Tal actitud, falsa e  irresponsable, es muy peligrosa, por cuanto cualquiera con dos dedos de frente entiende que lejos de soliviantarlas hay que calmarlas y serenarlas, es decir, todo lo contrario de lo que hacen los energúmenos referidos.

La actitud de estos comunicadores podemos evaluarla comparándola con  la situación siguiente:

Cuando estos reporteros hacen acto de presencia en un velorio,  se dirigen a los deudos consolándolos, reconfortándolos, aludiendo a la suerte que han tenido de convivir tantos años con el difunto (a) a quien con toda justicia el Altísimo ya llevó a su diestra o, por lo contrario, m/m le dicen TE JODISTE por cuanto no vas a poder superar tu pérdida?

Igual deben comportarse con los damnificados, los cuales, obvia y naturalmente,  están bajo una impresión muy fuerte por el súbito e inesperado accidente sufrido ensombreciendo su futuro.

Digresión pertinente: Las autoridades deben ser serias lo que implica no hacer payasadas. Ejemplo: nos muestran un informe de la ministra de Salud inspeccionando un hospital en Chosica y/o confortando a una persona damnificada en recuperación. Pregunto: ¿Cuántos hospitales hay en el país en los que hay damnificados en recuperación? Ridículo y huachafo.

¿Acaso Winston Churchill, alguna vez, se apareció en una trinchera con casco en testa y fusil en mano?