RECORDATORIO PARA SAN LORENZO (II)

(Piura, 02 marzo del 2017)

Luis Gulman Checa

Empecemos trayendo a colación la definición de Colonización:

“Establecimiento de un conjunto de personas en un territorio alejado de su pueblo, país o región de origen con la intención de poblarlo y explotar sus riquezas”.

Entonces, los errores empezaron desde la adjudicación de las parcelas, por cuanto infinidad de beneficiarios no calificaban como auténticos colonos al recibirlas tan igual como quien gana  la lotería,  pues jamás se asentaron en ellas.

¿Cómo estaba previsto el desarrollo  de las parcelas en manos de  colonos auténticos?

Obviamente, lo único que no pasó por la mente de  los planificadores fue el mono cultivo, antítesis absoluta de una parcela auto sostenible:

·         Árboles frutales,
·         Pastos cultivados,
·         Área para cultivos anuales,
·         Explotación pecuaria (Vacunos y/u Ovinos y/o Caprinos y/o Porcinos),
·         Apicultura,
·         Producción de humus, etc.

Estimado lector, ¿alguna vez visitó usted un kibutz israelí? Yo tampoco, pero los imagino como asociaciones funcionando mejor que un reloj suizo en beneficio de sus integrantes por pequeños que sean. ¿Por qué? Por cuanto trabajan sólidamente unidos y a nadie se le ocurre meterle al dedo al vecino.

Imaginemos ahora cómo estaría la Colonización San Lorenzo si el gran esfuerzo del Estado  al desarrollarla hubiera sido debidamente aprovechado. Soñemos:

·         Produciría más leche y carne que Cajamarca
·         La exportación de variedad de frutas por el “Kibutz” existente, propiedad de todos y cada uno de los colonos, sería fenomenal: calidad y  marca reconocidas en el mundo entero.
·         Piura sería líder, en el país, en producción de miel de abeja y derivados.
·         Las Lomas y Tambogrande serían urbes que harían palidecer a la vecina ciudad ecuatoriana de Macará, la cual, por ahora, envidiamos.

Continúe usted, estimado lector.