TAMBOGRANDE: ¿CIUDAD FALLIDA? (FINAL)

(Piura, 09 marzo del 2017)

Luis Gulman Checa

Transcurridos unos años de la asonada referida, a Tambogrande, en territorio de la Comunidad Campesina Apóstol Juan Bautista de Locuto, ubicada en la margen izquierda del río Piura, se le presentó otra oportunidad para salir de la pobreza y enrumbar el camino a la modernidad y el desarrollo, cuando el Estado cedió en concesión a la Cía. de Minas Buenaventura un yacimiento polimetálico soterrado en las profundidades del desierto, es decir, lejos tanto de la sagrada agricultura como de cualquier fuente de agua.

¿Las “autoridades” de Tambogrande acogieron esta buena nueva tan igual como la Virgen María recibió la del Ángel Anunciador?

¡Todo lo contrario!  Reaccionaron cual energúmenos trayendo a colación la írrita Consulta llevada a cabo el año 2002 en virtud de la cual la población le dijo NO a la minería. Sin embargo, como ya se precisó, para tal fecha la minería ilegal asentada en las alturas de las cuencas de los ríos Quiroz y Chipillico, ya se había desencadenado. Entonces:

¿Cómo así la  Consulta era válida para un yacimiento subterráneo en el desierto, mas no para la  contaminante e ilegal desatada en las alturas?

Para agravar la desgracia de Tambogrande y su gente, a pesar del atraso que asolaba y sigue asolando a la ciudad (por lo menos los medios nos lo están refregando cotidianamente), sus incalificables  autoridades, anteponiendo inexplicables/desconocidos/mezquinos intereses, en vez de apoyar la puesta en explotación del yacimiento esperanzados en los ingresos que recibirían las escuálidas arcas municipales provenientes del Canon Minero  que permitiría cambiarle el rostro a la ciudad, se opusieron con uñas y dientes.

No solo se opusieron sino que, delincuencialmente, entorpecieron con matones y dinero la realización de un referéndum convocado por la directiva de la Comunidad citada líneas arriba para que sus integrantes - únicas personas aptas/calificadas/hábiles para decidir la explotación de tal yacimiento -  manifestaran, libre y democráticamente, su decisión para abrirle la puerta a la empresa concesionaria pensando en el bienestar y futuro de los suyos.

Como las ciudades no tienen la capacidad de pensar/razonar, cualidad propia de los seres humanos, lamentablemente debiéramos concluir que los inviables serían los tambograndinos, por cuanto ninguna autoridad puede sojuzgar/manipular/escarnecer a pueblo alguno eternamente.


Tambograndinos:

¡DESPIERTEN, ABRAN LOS OJOS, PIDAN CUENTAS A LAS AUTORIDADES QUE, INGENUEMENTE, ELIGIERON Y LOS TRAICIONARON!