PIURA: ÓSCAR
AL RIDÍCULO
(Piura, 08 marzo del 2017)
Luis Gulman Checa
Empecemos recordando que los actuales
Gobiernos Regionales están vigentes desde el año 2002, es decir, han
transcurrido 15 años desde que nos independizamos del centralismo
limeño, estando ad portas de obtener nuestro DNI. Sin embargo, nuestras autoridades
dan la impresión no haber tomado consciencia de ello, pues, embargado por gran vergüenza
ajena, los veo cual perritos falderos corriendo tras cualquier ministro que nos
visita, a pesar de tratarse de funcionarios fusibles/transitorios/pegados con
babas, mientras las autoridades locales, representantes de Piura, están firme y
sólidamente en sus puestos empoderadas por nuestros votos.
Por favor: ¡Háganse y
hagan que nos respeten!
En tal marco, el día de ayer fuimos
informados por los medios que nuestras autoridades están tan preocupadas por
los puentes, Sánchez Cerro y Cáceres, que el Gobierno Regional le ha
pedido al Ministerio de Transportes y
Comunicaciones se sirva enviar un técnico
evaluador para garantizar su
seguridad; a pesar que su propio equipo técnico ya lo hizo opinando estaban en buenas condiciones.
Probablemente para muchas personas tal
información sea inocua/intrascendente, sin embargo, analizándola en profundidad
extraeríamos algunas conclusiones:
·
La
autoridad regional se siente rodeada por técnicos de dos por medio que no le
merecen confianza alguna.
·
Al
lanzar tal SOS revelamos sentirnos hijos menores de edad del gobierno central: dependientes, ligados,
subordinados, en suma, inferiores.
·
Revela
desconocimiento de la realidad alarmarse
por la (in)seguridad de los puentes con las modestas descargas actuales
comparadas con las avenidas de 1998, que soportaron incólumes.
·
Finalmente,
no ven lo que hasta un ciego vería: el único problema existente es el
represamiento del río en el puente Independencia por la cortedad del mismo obligando
a estrechar el cauce por el acceso para
viabilizar su uso, ergo, represado el río, sube el tirante.
También debería llamarnos la atención la
tremenda alharaca desatada alrededor de ambos puentes mientras, paralelamente,
daría la impresión que el puente Grau no existiera - a pesar que fue el único
cuestionado por nuestra inefable Contraloría General de la República al acusar
a los constructores de haberse birlado un pilar - pues jamás se ha
sabido de alguna preocupación o, más aún, prohibición de la circulación por el
mismo como sí hacen a cada rato con los citadinos, lo que nos debería llevar a cuestionarnos lo siguiente:
¿Acaso nuestras
autoridades se sienten tan apocadas/disminuidas que sienten que el río no osará
“chocar” con el gobierno central, de quien en última instancia depende tal
puente, mientras sí es capaz de vapulearlas a ellas trayéndose abajo SUS
puentes?