¿PANAMERICANOS? : LA NIÑA NO ESTÁ PARA TAFETANES
(Piura, 20 marzo del 2017)
Luis Gulman Checa
Formulémonos una reflexión:
¿Acaso no es un
absurdo total que, mientras de un lado estamos mendigando/recibiendo ayuda ante los excesos de la naturaleza, de
otro, continuemos tercamente con el afán de gastar ingentes sumas de dinero
para ser sede de los juegos Panamericanos, los cuales, para peor, incluyen varias disciplinas deportivas ajenas
a nosotros?
Unos días atrás los gobernantes afirmaban no
hay problema alguno por cuanto contamos con recursos - financieros - tanto
para ser sede de los juegos como también para ejecutar las obras necesarias post inclemencia
del clima para recuperar la operatividad en el país.
Quizá, cuando el gobierno llegó a tal
conclusión, tenía razón. Sin embargo, con el transcurrir del tiempo,
constatamos que la naturaleza continúa golpeando por lo que los recursos que,
finalmente, serán necesarios para reparar daños y construir infraestructura de
calidad y a prueba de balas ante fenómenos futuros, aún no pueden ser estimados.
Un ejemplo simple de lo afirmado lo tenemos
en el percance sufrido en el puente - carretera Panamericana norte - que cruza
sobre el río Virú, departamento de La Libertad, el pasado día sábado. Ello ha sido oportuno
para hacernos reflexionar y concluir que la calidad de muestras obras de arte -
incluidos puentes - no solo deja mucho
que desear sino que, en muchos casos como en el referido, todos los huevos están en una
sola canasta, es decir, colapsa una estructura y aparece el horroroso
fantasma de la incomunicación absoluta.
Tal no es el único colapso acaecido útil para
revelarnos el pobre nivel/calidad de muchas obras, como lo reveló el derrumbe
del puente sobre el Río Rímac no solo llamada Solidaridad sino también
pintado de amarillo - tal actitud de Luis Castañeda (a) “Comunicore”, ¿no lleva
implícita un delito? - que el país entero observó en vivo y en directo,
mostrando no solo una pobre/deficiente cimentación en el estribo colapsado sino
también la irracional falta de protección en el talud.
Olvidemos lo que pasa lejos y mirémonos a
nosotros los piuranos, donde nuestras obras también quedaron por las patas
de los caballos, es decir, los proyectistas y/o constructores y/o
supervisores, han demostrado ser desastrosos e indignos de recibir nuestra
confianza; como queda patentemente demostrado por lo intransitables que están
arterias y avenidas recientemente pavimentadas. Por si acaso, no me refiero
para nada al bacheo (plata al desagüe) del año pasado.
PPK:
¡Anota un gol de
media cancha anunciando que los Panamericanos no van!