LA PAPA Y LA IRRACIONALIDAD

(Piura, 03 febrero 2018)

Luis Gulman Checa

Me refiero a la reciente asonada desatada en los departamentos de la sierra central del país con muertos, heridos y cuantiosos daños materiales, increíblemente, por una bondad de la naturaleza la que, fatalmente, ocasionó funestas consecuencias:

Una súper producción de papa que echó el precio por los suelos.

Estos lamentables hechos reconfirman que nuestro país, cada vez más, se identifica con el quinto mundo, por cuanto, tanto la trifulca armada por los productores, como la “solución” que el gobierno está proponiendo, son absolutamente irracionales/inaceptables.

¿Y el libre mercado? ¿Y la oferta y la demanda? Recordemos que muchas décadas atrás, el, en aquel entonces, casi segundo Mesías llegado del cielo, Juan Velasco Alvarado, líder del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada, hizo justicia a los miles de peruanos autóctonos que, desde la conquista, venían siendo explotados por los  desnaturalizados gamonales, liberándolos de las cadenas que los maniataban haciéndolos libres y autónomos al restituirles las tierras antaño birladas.

Entonces, la pregunta a formularnos, basándonos en nuestra Constitución Política sentenciando que todos los peruanos somos iguales ante la ley, sería la siguiente:

¿Por qué diablos, el gobierno, o sea el Estado, o sea los bolsillos de todos y cada uno de los peruanos,  regalamos dinero a estas personas que, al igual que cientos de miles de agricultores, en el curso  de los años y en todo el ámbito del país, han sufrido golpes económicos propios e inherentes a la actividad agraria y “bailaron con la suya”?

Sin embargo, la irracionalidad es peor en lo referente a nuestra alimentación, por cuanto, siendo el Perú el Centro de Origen de la papa la que produce cual mala hierba, fuimos y somos tan irracionales que, en vez de que sea la base de nuestra alimentación, optamos por el trigo, cuya partida bautismal  no solo se ubica en la antigua Mesopotamia, sino que nuestro país produce muy poco.

Digresión:

En los 60 del siglo pasado, la Escuela Nacional de Agricultura, actualmente Universidad Agraria, que era el auténtico faro que emitía luces a todo el país en pro de agricultura y ganadería, producía un PAN DE PAPA que era una delicia disputado por colas de consumidores que acudían a adquirirlo.

También he tenido oportunidad de probar PAN DE YUCA de Colombia sumamente agradable al paladar. Entonces, si ambas, papa y yuca, producen magníficamente en el Perú, ¿por qué razón no se ha popularizado/extendido/ generalizado el pan producido a partir de ambos priorizándose el extraño trigo?

¡Cuidado! Ni en sueños sugiero que el pan de trigo debe desaparecer, como tampoco el caviar ni el whisky etiqueta azul o verde ni los vinos de US $ 1,000.00 por botella por cuanto bendito sea el libre mercado, pero, así como en el caso de las medicinas donde los llamados medicamentos genéricos valen una mísera peseta comparados con los llamados de marca, ¿acaso no resulta del más elemental sentido común un pan genérico a base de productos propios de nosotros que resultaría más económico.

Finalmente:

Por casualidad, ¿la importación de trigo se beneficia de alguna subvención/exención que, si existiera, la pagaríamos todos los peruanos en beneficio de los industriales?