TONELADAS DE ODIO
(Piura, 26 febrero 2018)
Luis Gulman Checa
Ello es lo que exuda el artículo de Ronald
Gamarra - fue Procurador Adjunto Ad Hoc de la República durante el gobierno de
AT - publicado en la última edición de
Hildebrandt en sus Trece, repartido (el odio) con ventilador contra PPK, AFF y
Enrique Mendoza Ramírez, amparándose en un fallo del Colegiado B de la Sala
Penal Nacional declarando nula la Resolución Suprema que otorgó el derecho de
gracia a AFF, lo que lo dejaba exento del proceso incoado por crímenes,
supuestamente, del grupo Colina en Pativilca en enero de 1992.
Empecemos analizando el tratamiento
dispensado a nuestro paisano y actual Ministro de Justicia, Enrique Mendoza
Ramírez - sullanero, abogado, magistrado, presidente del Poder Judicial,
Presidente del Jurado Nacional de Elecciones -, con una ejecutoria de vida no
solo envidiable sino también persona íntegra y de bien (salvo que el susodicho
Gamarra conozca de un grave y, hasta ahora, desconocido crimen perpetrado por
el paisano) quien, sin embargo, recibió los siguientes epítetos del citado
carcomido por el odio:
·
Impresentable.
·
El Tribunal lo mandó al carajo.
·
Burro (reiteradamente)
·
Vergüenza de ministro.
Este hombre, RG, supuestamente, de Derecho,
es decir, respetuoso de la legalidad tal y como lo reitera en su artículo, contradictoriamente,
se zurra
en la cabeza de PPK, legítimo e indiscutible presidente Constitucional
de la República y, por tanto, representante de la Nación mientras legalmente no
pierda tal condición; disparando contra
él los siguientes calificativos:
·
Todavía presidente.
·
Otorgó indulto trucho a AFF.
·
El Tribunal lo mandó al carajo.
·
No eres el emperador, el César ni el todopoderoso que te
alucinaste.
·
El Tribunal te bajo de la nube, al tiro y sin anestesia,
·
Te caíste, PPK. No eres Superman.
Es innecesario pormenorizar el trato dispensado
a AFF al ser fácil imaginarlo a partir
de los epítetos vomitados contra las legítimas autoridades señaladas. Sin
embargo, como no hay mal que por bien no venga, al terminar la lectura del
largo, pormenorizado y, aparentemente, bien sustentado análisis de Ronald Gamarra
(los epítetos, usando sus palabras, mandaron al carajo tal artículo); una idea
me vino a la mente:
Siendo Alberto
Fujimori 100% japonés por sus ancestros, muy probablemente esté considerando la
respetable y envidiable acción/decisión propia de tal cultura como es el seppuku
o harakiri, suicidio ritual por desentrañamiento, parte del código de ética de los samuráis,
realizado para morir con honor antes de caer en manos del enemigo para ser
torturado.
Me atrevería a asegurar que AFF, aunque fuera
tardíamente, estaría rememorando sus
ancestros para dejarnos una lección formidable a todos los peruanos
acostumbrados a hacernos los tontos mirando hacia otro lado si, antes retornar
al banquillo de los acusados, ser abriera el vientre.
¡Dios lo ilumine!
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