DEPRIMENTE VATICINIO DE “VITOCHO”

(Piura, 13 diciembre 2018)

Luis Gulman Checa

Sorprende lo expresado por el congresista de Acción Popular, Víctor Andrés García Belaunde, respecto al inminente accionar de sus colegas a consecuencia de habérseles  esfumado la posibilidad de continuar ostentando tal condición ininterrumpidamente:

“Sin interés en una reelección muchos van a dejar de trabajar en el Congreso”

La  primera y evidente desilusión que deberían generarnos tales palabras, es la penosa comprobación que los compromisos y ofrecimientos que formularon los “otorongos”, cuando aún eran candidatos, en el sentido que el motor que los impulsaba a acceder a una curul era su deseo incontenible de trabajar en el primer Poder del Estado para fiscalizar y legislar en pro del progreso y bienestar de todos los peruanos; era mera palabrería, por cuanto, su real ambición era no solo disfrutar de cinco años de vacas gordas, sino gozar de  una pensión, una vez dejado el cargo,  hasta que entregaran su alma.

Confío que lo dicho por “Vitocho” haya revelado lo que guarda en su cacumen y no sea la opinión predominante entre los congresistas, por cuanto, si así fuera, revelaría una masiva carencia de visión de futuro y sentido común. ¿Por qué?

Por cuanto, siendo optimistas y pensando que el mundo no va a desaparecer, si trabajaran como los dioses en los dos años y pico que tienen por delante, en las subsiguientes elecciones podrían repetir el plato.

Además y para peor, estando el país inmerso en una lucha frontal contra la maldita corrupción, ¿que calificativo sino el de CORRUPTO HASTA EL TUÉTANO merecería un congresista que decidiera pasársela rascándose la panza hasta el fin de su mandato por cuanto se esfumó la posibilidad de continuar, permanente y figurativamente, prendido de la teta?

Confieso que personalmente era opuesto a prohibir la reelección de congresistas por varias razones: 1) Todas las actividades están a cargo de especialistas; 2) Es un atropello a la Constitución ponerle trabas a los electores, por cuanto, tienen el derecho de elegir a quien quieran y 3) Porque, aunque sobraran los dedos para contarlos, hay algunos que merecen continuar entre los cuales, antes de las lamentables declaraciones comentadas, podría haber estado el propio “Vitocho”.