LA CIUDAD DE PIURA AL BORDE DEL ABISMO

(Piura, 18 diciembre 2018)

Luis Gulman Checa

La edición de “El Tiempo” de la víspera, cumpliendo con la sagrada tarea de la prensa de informar con la verdad con el propósito de hacer que la ciudadanía abra los ojos,  buscando ponerla manos a la obra en defensa de su seguridad y bienestar; publicó en portada una escalofriante fotografía,  honrando el conocido aserto que dice “una imagen es mejor que mil palabras”, mostrando el caos y desorden que se han apoderado del, eufemísticamente denominado, Mercado Modelo de Piura.

Si a semejante prueba incontrastable de que gran parte de los pobladores de Piura han perdido íntegramente el sentido del orden y respeto, tanto al prójimo como a la autoridad, le añadimos los múltiples síntomas/muestras  ratificatorias de tan agorera aseveración, como por ejemplo y para no extenderme en un listado kilométrico, la basura por doquier y los  ruidos estridentes de diverso origen tanto de día como de noche; ya tenemos la palpable confirmación de la certeza y exactitud del epígrafe.

Y ahora, ¿quién nos defenderá?

Como la esperanza jamás debe morir -  así estuviéramos ad portas de ser inoculados con una inyección letal -,  los piuranos debemos aferrarnos a la luz que ha brotado en el horizonte clarificando nuestro futuro representada por un alcalde que contó, y roguemos a Dios continúe hacinándolo durante su mandato, nada más ni menos que con el inestimable y sólido apoyo de la Universidad de Piura y/o, si se prefiere, del Opus Dei.

Personalmente no tengo la menor duda que, con tan formidable respaldo, la gestión próxima a iniciarse, en menos tiempo del que emplea un gallo en cantar, figurativamente, empezará a desbrozar el camino actualmente intransitable por la serie de obstáculos y barreras que lo traban,  impidiéndonos  retomar nuestra condición de ciudad vivible, habitable y poblada por personas pensantes y racionales, aunque para lograr que estas últimas cualidades imperen sea menester, otra vez figurativamente, meter bala y romper cabezas.

Recordemos que las señeras instituciones señaladas no solo brindaron su total y abierto apoyo al electo alcalde de Piura sino también a su compañero de símbolo, el sombrero, aspirante a la gobernación. Entonces, habiéndose reducido drásticamente la tarea que les hubiera caído sobre los hombros si ambos hubieran sido elegidos, lo que no sucedió, podemos tener la plena seguridad que con tremendos asesores a su disposición, como, por ejemplo, doña Juana Huaco, la feroz crítica del tren, y/o el súper técnico en transporte público cuyo nombre no recuerdo (¿Alzheimer?), para el futuro alcalde, la tarea de recuperar el orden y el respeto en Piura será como coser y cantar.