SATISFACTORIO ARREGLO CON ODEBRECHT

(Piura, 11 diciembre 2018)

Luis Gulman Checa

Habiéndose hecho público el acuerdo entre el equipo especial del Ministerio Público, la Procuraduría ad hoc y Odebrecht, en virtud del cual la empresa pagará al Estado peruano S/. 675 millones en calidad de reparación civil en 15 cuotas anuales,  brindando, además, testimonios y pruebas de actos de corrupción perpetrados por funcionarios peruanos y, asimismo, la justicia nacional no podrá procesar ni sancionar a los directivos de la empresa; considero que es un acuerdo formidable por la siguiente razón:

Si los brasileños hubieran sido más vivos podrían habernos cobrado por dar información que permitiera identificar a  los  corruptos peruanos.  Sin embargo, nuestros negociadores no solo consiguieron que los delaten con la única contrapartida de no actuar contra los ejecutivos,  sino que, formidablemente, les “sacaron del bolsillo” nada menos que S/. 675 millones.

De otro lado, en atención al aserto “más vale malo conocido que bueno por conocer”, automáticamente la empresa queda habilitada para continuar operando en el Perú, lo cual es muy buena noticia habida cuenta que, hasta ahora, no hubo ninguna objeción a la calidad de las obras que ha ejecutado, ergo, es una empresa confiable siempre y cuando sus interlocutores peruanos sean personas de bien.

Sin embargo, inexplicablemente, en el listado de obras precisado en el acuerdo no figura la Concesión del Trasvase del río Huancabamba a las pampas de Olmos, obra concretada con la participación, por el lado peruano, de Alejandro Toledo, Jaime Quijandría (Q.D.D.G.) y Yehude Simon, entre otros, la cual, claramente, mostró los ingredientes propios de todas las que conllevaron coimas para los funcionarios peruanos.

Al respecto, preguntémonos si Alejandro Toledo debutó (como coimero) en la carretera interoceánica o ya se había iniciado impulsando esta obvia mafiosa concesión.

También, solo por curiosidad y sin ninguna torcida intención, reitero mi sugerencia para que Yehude Simon revele de dónde obtuvo los recursos financieros para armar su propio partido político, por cuanto, imagino, por cuanto no me consta, que semejante tarea requiere una fuerte inversión.





Finalmente, como piurano, solicito al equipo que logró acuerdo tan conveniente con Odebrecht, dirigir su mirada a otras empresas contratistas brasileñas como,  por ejemplo, Camargo Correa, la que firmara el primer contrato de obra para ejecutar el Proyecto Alto Piura en condiciones que, hasta para quien sea ciego y sordo, obviamente tiene que haber corrido mucho dinero bajo la mesa, forma elegante de decir que corruptos nacionales echaron el proyecto al desagüe priorizando engordar sus asquerosos bolsillos.

Invocación a los ejecutivos de Camargo Correa:

Imiten a vuestros pares de Odebrecht desembuchando todos los enjuagues inmersos en el contrato que suscribieron para ejecutar el Alto Piura, y que fuera, por confesión de parte, monitoreado y conducido por el lado peruano, por Remigio Morales Bermúdez. Si así lo hiciereis, al igual que a vuestros colegas, las puertas del país les serán abiertas para que puedan continuar operando honestamente.